Los viajes son parte de las vacaciones. Con ellos comienzan y terminan, y entre medias probablemente haremos desplazamientos cortos. En total un uso más intenso del coche en el que será más fácil que puedan aparecer averías que permanecían ocultas en el día a día, o se pongan de manifiesto desgastes que durante el año pasaron desapercibidos. Las personas también podemos sentir en carnes propias la fatiga de los largos viajes, o por el contrario disfrutar del paseo, del paisaje… ¡y del comienzo de las vacaciones!


10 PUNTOS QUE PUEDES (Y DEBES) REVISAR EN TU COCHE ANTES DE SALIR


1.- LAS RUEDAS
Esas cuatro gomas redondas en contacto con el asfalto son el único vínculo físico con el mundo cuando vamos en coche. Su estado es vital para la seguridad: revisa cómo van de dibujo y comprueba que no estén más gastados por un lado que por otro. Esto querría decir que el coche “pisa mal” y acabaría provocando un desgaste muy acelerado del neumático, que además se calentaría más y habría mayor riesgo de sufrir un pinchazo. Si es así, acércate de inmediato a un taller de neumáticos y direcciones para que ajusten las cotas de tu coche: ahorras dinero, por no hablar de seguridad. Recuerda que con menos de 1,6 milímetros de dibujo puedes ganarte una multa, pero no te aconsejamos apurar tanto. Con sólo 2 milímetros ya estarás perdiendo bastante agarre en caso de lluvia intensa, por ejemplo en una inesperada tormenta de verano.

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Car and Driver

Las presiones recomendadas por el fabricante podrás encontrarlas en el libro de instrucciones del coche y en muchos casos también en una pegatina en la zona interior del marco de una puerta. Llevar la presión demasiado baja supone gastar más combustible y un comportamiento dinámico entorpecido. Tampoco te pases la cifra recomendada, o podrás llevarte algo más que un susto sobre mojado. Si al revisar la presión con el manómetro de una gasolinera (procura hacerlo con uno que tenga buena apariencia… los hay en los que la presión indicada es bastante menos que aproximada) comprobases diferencias entre los neumáticos de un mismo eje, “mosquéate” con la rueda más baja; quizá tenga una fuga de aire, así que revísala visualmente con frecuencia y comprueba de nuevo la presión cada poco tiempo.

¿Y la rueda de repuesto?¿Llevas? ¿Cuantos años tiene? ¿Cómo está de presión? Y lo más importante... ¿sabes cambiarla?

2.- LOS FRENOS
En el sistema de frenos puedes revisar visualmente dos partes diferenciadas: la hidráulica y la fricción. La parte hidráulica, el líquido de frenos, se encuentra en un depósito transparente bajo el capó (el libro de instrucciones te indicará exactamente dónde está) en el que se marca el nivel máximo y mínimo. No quites el tapón salvo que el nivel esté por debajo del mínimo y tengas a mano líquido del tipo recomendado por el fabricante, porque al circuito de frenos no le gusta nada que le de el aire.

La parte mecánica de fricción está en las ruedas. Sin desmontar nada sólo podrás comprobar el desgaste de los discos (están detrás de las llantas, de metal pulido y circulares) pero no el espesor de las pastillas. Un disco gastado tendrá surcos profundos y un escalón de cierto grosor en la zona del canto. Suele pasar en coches con más de cien mil kilómetros, aunque podría darse antes en función del material de las pastillas o en caso de que se haya circulado con estas gastadas. Las pastillas gastadas hacen un desagradable ruido metálico al frenar, aunque no siempre que las pastillas hacen ruido es que están gastadas. Por ejemplo pueden estar sucias, lo que se soluciona espontáneamente con una simple serie de frenadas fuertes; o puede que hagan ruido porque sí. Si no lo tienes claro, en un taller te sacarán de dudas rápidamente.

3.- AIRE ACONDICIONADO
¿Quién inventaría el aire acondicionado? No lo sé, pero es una gran idea aplicada al automóvil, sobretodo en estas fechas. Si no lo tienes no lo echarás tanto de menos como si teniéndolo no funciona… así que no lo abandones. El circuito de aire acondicionado lleva un gas refrigerante y por tanto debe ser completamente estanco. Una mínima fuga hará que se escape ese gas, y que cuando queramos frio no encontremos más que aire tibio dando vueltas dentro del coche. Lo mejor es que antes de salir de viaje uses el aire y compruebes que enfría bien. Si no es así vete a un taller especializado para que comprueben si el circuito tiene alguna fuga y lo recarguen en cualquier caso. Lo peor que puede pasar es que el compresor esté estropeado…

¡Ah! No hagas caso a la recomendación de la DGT de llevar el climatizador a 24 grados… es una cifra absurda y demasiado elevada para ir cómodo. Mantén entre 21 y 22 grados o lo que te resulte adecuado, que no es cosa de llegar sudando por unas décimas de consumo. Pero ten en cuenta que si te pasas de frío te dolerá la garganta, que diría tu madre. Si hace una temperatura exterior agradable, baja la ventanilla y apaga el aire acondicionado, que es más sano.

4.- REFRIGERACIÓN
Los atascos, el coche cargado, el aire acondicionado a tope… todo requiere un mayor esfuerzo al motor y durante periodos prolongados, así que el sistema de refrigeración cobra una importancia esencial. Comprueba el depósito de refrigerante que está en el vano del motor (nunca con el motor caliente, porque te puedes abrasar) y desconfía si el nivel está bajo. Rellénalo de agua con anticongelante (aunque se llame así se usa para todo el año) y no te dejes la garrafa en casa: busca un sitio en el maletero por si hubiera que volver a echarle.

5.- LUBRICACIÓN
El motor está lleno de piezas que se mueven y generan fricción entre sí. Por eso el aceite es tan importante, para evitar un desgaste excesivo por el rozamiento. Si el kilometraje que estimas para las vacaciones va a superar lo que queda hasta la próxima revisión del coche, haz el mantenimiento en el taller antes de salir. Si no haces muchos kilómetros y no has llegado a ese kilometraje pero hace más de un año que llevas el mismo aceite en tu motor también deberías cambiarlo, ya que con el tiempo se degrada.

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Los motores siempre consumen aceite, aunque unos más que otros, y tanto en el periodo de rodaje como cuando se vuelven veteranos este consumo aumenta. Revisar el nivel con la varilla del motor es fácil. El motor debe estar frio para que todo el aceite se encuentre en el cárter, hay que tener un pañuelo de papel a mano y con él sujetar la varilla al extraerla. Mira dónde están las marcas de máximo y mínimo. Pueden ser unas simples muescas en las que no ponga nada, pero entenderás cómo va al verlas. Limpia con el papel el aceite impregnado en la varilla y vuelve a introducirla hasta el fondo en el conducto del que la has sacado. Al volverla a quitar, comprueba que la mancha de aceite esté entre los niveles máximo y mínimo, y si estuviera por debajo o cerca del mínimo, compra aceite del tipo recomendado para tu motor o acércate a un taller para que lo rellenen.

6.- ILUMINACIÓN
¿Cómo están las luces de tu coche? Revisa que no tengas ninguna estropeada y que los faros principales estén bien regulados para ver y al mismo tiempo no deslumbrar a los demás conductores. Si el coche va cargado con ocupantes detrás o mucho equipaje y ni dispones de regulación automática deberás reglar los faros manualmente: hace tiempo que por lo general los faros se regulan con un mando desde el interior, pero en coches con un par de décadas a sus espaldas es posible que tengas que hacerlo a mano sobre los propios faros. Una vez más el libro de instrucciones es la mejor ayuda. En cualquier caso es un proceso bastante simple. Por cierto,¿llevas bombillas de recambio? En los coches modernos cambiarlas es una operación que puede requerir herramienta y mano de obra con algo de maña… pero llevarlas es obligatorio, en cualquier caso.

7.- EMBRAGUE
Un embrague a punto de romperse puede amargarte las vacaciones. Si el coche no se pone en movimiento hasta que el pedal llega casi al final de su recorrido, piensa que al embrague le queda poca vida. Otro es que cueste meter primera. Si estás en unos de estos casos, llévalo a que te lo diagnostiquen en un taller.

8.- PARABRISAS
Las chinas que saltan de la carretera hacen estragos en los parabrisas. Unas veces el golpe no afecta a la resistencia del vidrio, pero otras se pueden resquebrajar por completo. Lo habitual es que las grietas en las lunas laminadas crezcan lenta pero inexorablemente y que por las vibraciones de la marcha o los cambios de temperatura se acelere su rotura inesperada. Si tienes una grieta o un chinazo en el parabrisas llévala a arreglar o sustituir. ¿Tu seguro tiene cobertura de lunas? Es lo más habitual y en este caso no tendrás que pagar la reparación.

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9.- ¡DOCUMENTACIÓN!
Comprueba que llevas todos los papeles en regla, los del coche y tu carné de conducir. El recibo del permiso de circulación pagado, el del seguro (aunque la policía lo puede comprobar por emisora es mejor tenerlo en el coche), la ficha técnica con el sello de la ITV sin caducar y el permiso de circulación. Ten a mano también las condiciones de tu póliza y el teléfono de contacto de tu seguro de asistencia en carretera.

10.- TRIÁNGULOS Y CHALECO
Es obligatorio llevar dos triángulos de emergencia para avisar a los demás conductores en caso de emergencia y un chaleco reflectante que hay que colocarse antes de salir del coche. El chaleco debe ir en el interior del coche, no en el maletero; y los triángulos hay que colocarlos a una distancia aproximada de cincuenta metros, un delante y otro detrás del coche en vías de dos sentidos y solamente por detrás en autovías y autopistas.