El coche impulsado por agua de Genepax puede tener un brillante y limpio futuro por delante. Este concepto japonés nos dejó maravillados en el año 2008 cuando su creador, un equipo de ingenieros demostraron que era capaz de moverse empleando únicamente agua, ya fuera de lluvia, de río o de mar, ofreciendo una autonomía de una hora a una velocidad de 80 kilómetros/hora con sólo un litro del líquido elemento y emitiendo únicamente vapor.

Un generador de energía, capaz de extraer el hidrógeno del agua y liberar los electrones del mismo, logra que el coche funcione e incluso se puede 'reposatar en marcha', sin necesidad de detenerse en ninguna estación de servicio. "Mientras tengas una botella de agua en la mano para echarle de vez en cuando, el coche no se detiene", aclara su responsable.

Hoy en día nos preguntamos todavía como el invento no tuvo mayor difusión y sobre todo, continuidad. Bien, pues eso es lo que se ha preguntado China, un país con graves problemas de contaminación en sus principales ciudades y que parece decidido a afrontar el problema en los próximos años. Según han descrito varios medios, una compañía china está negociando con la japonesa Genepax en estos momentos, siete años después de su invención y su objetivo no es otro que poder desarrollar y producir en serie el vehículo alimentado por agua.

De momento, se desconocen más detalles de las conversaciones, pero sin duda la noticia nos ha permitido recordar uno de los inventos relativos a la automación más impresionantes de los últimos años. Recordemos que tres de las cuatro partes del planeta son agua. Es simplemente genial.

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Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.