No es la primera vez que vemos como una impresora de 3D crea un componente para un automóvil, pero en este caso se trata de una pieza funcional que influye de lleno en la seguridad del vehículo y que está sometida a innumerables tensiones. Efectivamente es una pinza de freno monoblock de ocho pistones que además está previsto que se utilice en el Chiron, el superdeportivo de Bugatti.

Esta pinza de freno es de titanio. Utilizar este material supone contar con un componente muy ligero, menos de 3 kilos, concretamente 2,9, y dos menos que las utilizadas hasta ahora.

Todo el proceso de creación es bastante complejo y ha supuesto emplear un total de 45 horas de trabajo.

Para elaborar cada pinza se ha tenido que recurrir a la impresora 3D más grande del mundo y utilizar 2.213 capas de titanio en polvo que se han fundido mediante cuatro láseres de alta potencia, de 400 vatios.

Además del peso, otra de las ventajas de utilizar una impresora 3D es que gracias a esta metodología se puede emplear un material como el titanio, dado que con métodos de fundición tradicionales es más difícil de tratar.

Job, White-collar worker, Office equipment, Engineering, Employment, pinterest

Para este proyecto se ha contado con la colaboración de la Universidad de Tecnología de Hamburgo en Alemania, dado que se trata de un proyecto aún experimental pero que se espera exportar a otras marcas del grupo como Volkswagen.

Todo el proceso de creación es bastante complejo y ha supuesto emplear un total de 45 horas de trabajo, si bien desde Bugatti aseguran que esto es sólo el principio.

Headshot of Rodrigo Pareja
Rodrigo Pareja

Periodista especializado en movilidad en todas sus variantes: coche, moto, bicicleta, patinete eléctrico... y no siempre por este orden, dado que la forma en la que nos desplazamos está cambiando. Más de 20 años de experiencia en el mundo del automóvil y en constante adaptación en un sector que no deja de generar noticias.