Desde el comienzo de la década de los sesenta del siglo XX, la historia de Ellesmere Port, una población industrial y portuaria de 66.000 habitantes en el condado de Cheshire, ha estado ligada a Vauxhall. La filial británica de General Motors hechó raíces allí en 1962 y ha producido cinco modelos diferentes comenzando por el Viva HA.

De todos ellos, el que más tiempo ha "residido" en la fábrica es sin duda el Astra. El compacto comenzó a montarse en sus cadenas en 1979 con el lanzamiento del primer producto de Vauxhall bautizado con ese nombre. En Europa continental lo conocimos como Opel Kadett D. 36 años y 3 millones de Astras ingleses después le toca el turno al Astra 2016, del que se ensamblarán 680 unidades diarias y unas 120.000 anuales a partir de 2016. Según Vauxhall, el 25 % de sus piezas se produce en el Reino Unido y uno de cada cuatro británicos ha conducido o poseído uno.

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El inicio de la fabricación representa diversos motivos de alegría para los 2.200 trabajadores de la plantilla de Ellesmere. Sus puestos se salvaron en 2012 cuando General Motors adjudicó el Astra a estas instalaciones en lugar de las ya clausuradas de Bochum en Alemania. Este factor, unido a la inversión adicional de 140 millones de libras -190,4 millones de euros al cambio actual- por parte del grupo estadounidense, reafirmó su compromiso con la industria británica.

El lanzamiento de la séptima generación del Vauxhall Astra se ha tornado así muy especial. Tan especial como la forma de celebrarlo: dibujando la bandera del Reino Unido con 128 unidades del compacto. Nada más terminar su montaje, un trabajador de la fábrica se montaba en cada una de ellas y lo llevaba a una explanada a su posición concreta. Una compleja coreografía que Vauxhall ha grabado en este vídeo:

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Al volante del nuevo Opel Astra: Pura evolución tecnológica