Neumáticos, frenos y suspensiones es lo que se denomina el triángulo de la seguridad del automóvil tal y como señala el especialista en amortiguadores de AndreaniMHS y asesor técnico de pilotos de competición, Juan Martínez, que recomienda “prestar especial atención" a estos elementos, dado que su importancia suele estar menospreciada u olvidada porque no se ven, pero lo que hacemos es comprometer la seguridad en carretera”.

Dentro de las suspensiones, explica, hay elementos que son esenciales para su buen funcionamiento y que, por lo tanto, deben de estar en perfectas condiciones. De no hacerlo, repercutirá directamente en nuestra seguridad y también en nuestro bolsillo porque, por ejemplo, hará que los neumáticos se desgasten irregularmente y mucho más rápido. Para mantenerlos siempre a puntos se recomienda tener presentes 3 consejos esenciales:

1.- Seguir siempre las revisiones preventivas indicadas por el fabricante y el taller
La amortiguación tiene 3 elementos vitales, guías de rozamiento, retenes y aceite y deben estar en perfectas condiciones. “Las guías de rozamiento, explica el especialista de AndreaniMHS, garantizan que sus componentes se desplacen sin bloqueos; el aceite se encarga de realizar la resistencia hidráulica de la suspensión y mantiene la efectividad del sistema, y los retenes garantizan la estanqueidad de este sistema para que el aceite no se pierda o contamine. Estos tres componentes trabajan conjuntamente y están expuestos a un mayor deterioro que pueden afectar al normal funcionamiento de la suspensión, afirma.

La amortiguación tiene 3 elementos vitales: guías de rozamiento, retenes y aceite.

Por todo ello, el mantenimiento preventivo de las suspensiones es indispensable por lo que una de las primeras claves para asegurar su correcto funcionamiento es seguir las revisiones periódicas que indica el fabricante. “Suelen ser cada 10.000 o 15.000 Km si hablamos de una moto, o cada 25.000 o 30.000 Km, en el caso de los coches. Esto lo podemos ver en el libro de mantenimiento de nuestro vehículo o nos lo recomendará el taller”.

2.- No es lo mismo un usuario medio que uno avanzado
Martínez subraya que “cada conductor debe de llevar las suspensiones que necesita en función del uso del vehículo. Para entenderlo, continúa Martínez, debemos de distinguir entre usuario medio o avanzado. El primero es el que utiliza su vehículo con fines cotidianos y el avanzado es el que busca una conducción deportiva y más exigente. En el caso de los primeros, es suficiente con la revisión que indica el fabricante o recomienda el taller. En el caso de los segundos, los mantenimientos preventivos deben de realizarse una vez al año”, explica.

Por las carreteras españolas circulan 6,2 millones de vehículos con los amortiguadores en mal estado.

Sin embargo, este especialista matiza que “lo importante es saber qué tipo de conducción realizamos porque puede que un usuario medio haga 30.000 km al año y otro no llegue a los 5.000. Los dos son usuarios medios, pero con necesidades distintas. Lo que recomendamos en este caso es que un conductor que acumula muchos kilómetros en poco tiempo debe de estar más atento a cualquier posible problema derivado del uso de su vehículo y avisarlo a su taller”.

3. Atentos a los primeros síntomas de desgaste
Según este especialista, “debemos de aprender que el gasto del neumático es un reflejo del estado de las suspensiones. Si tus suspensiones no trabajan de acuerdo con tus neumáticos, la presión ejercida por tu vehículo sobre éstos no será la correcta y el desgaste será irregular, acortando su vida por lo que repercutirá en nuestra seguridad y en nuestro bolsillo.”

El 92% de los conductores no consideran necesario revisar los amortiguadores periódicamente.

Hay otros síntomas que nos llevarán directamente al taller como son las manchas de aceite cerca del amortiguador y en el interior del guardabarros. “Eso quiere decir, prosigue Martínez, que el amortiguador ya está perdiendo aceite y que se puede bloquear en cualquier momento”. Los que no usan su vehículo tampoco están exentos de revisarlos porque la falta de uso puede afectar a los retenes. "En este caso, es suficiente revisarlos cada dos años”, concluye Juan Martínez.

En este sentido es importante remarcar que una investigación del Gabinete de Estudios sobre la Seguridad del Automóvil de los Fabricantes de Amortiguadores (GESAFA), determina que los amortiguadores provocan el 40% de los accidentes por fallo mecánico. Otro estudio de la misma entidad revela que el 92% de los conductores no consideran necesario revisar este sistema periódicamente por lo que uno de cada tres turismos tiene un amortiguador en mal estado como mínimo. El mismo estudio concluye que por las carreteras españolas circulan 6,2 millones de vehículos con ellos en mal estado. Para Juan Martínez, “su importancia suele estar menospreciada u olvidada porque no se ven, y lo que hacemos es comprometer la seguridad en carretera”.