Enmarcado dentro de la gama de bajas emisiones de C02 Green Line, el proyecto Octavia Green E Line es el primer eléctrico del fabricante checo con visos de comercializarse a partir de 2014. Por el momento se han fabricado sólo 10 unidades-prototipo que van a circular de forma exclusiva por la República Checa para acumular “experiencia sobre la propulsión eléctrica”, como afirman desde la marca. Para ello, se ha optado por emplear un Octavia Combi y aprovechar su chasis modular para colocar en el suelo del habitáculo y bajo las plazas traseras las baterías de ión-litio, formada por 180 celdas individuales y 315 kilogramos, y el propulsor eléctrico, que desarrolla 115 caballos y un par de 27,5 kilogramos/metro.

Las cifras prestaciones no son espectaculares, pues son similares a las de otros vehículos eléctricos de la competencia: por ejemplo, la velocidad máxima está fijada en 135 kilómetros/hora, el 0 a 100 por hora lo realiza en 12 segundos y la autonomía es de 150 kilómetros. A la hora de recarga, el conductor tiene dos sistemas de recarga, un monofásico tradicional de ocho horas de duración –230 V– y uno rápido trifásico de dos horas –400V–, así como un sistema de información permanente sobre la potencia disponible, el consumo, el nivel de energía de la pila y la autonomía restante –que puede ampliarse gracias a las frenadas y los descensos–.

Donde sí presenta novedad el Octavia Green E Line es en el dispositivo que evita que el enchufe se desconecte durante el proceso de carga, lo que disuade a todo aquel que quiera robar electricidad en los aparcamientos públicos de carga. Cuando las puertas del vehículo se desbloquean, el enchufe se libera durante 30 segundos; si en ese tiempo no se retira, el Octavia se cierra y el proceso de carga continúa.

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