Y que mejor escenario que el GP de Fórmula 1 de Mónaco. Entre flashes y focos Renault presenta un homenaje a uno de sus deportivos más carismáticos, el Alpine A110.

También conocido como Berlinette. Fue presentado en el Salón del Automóvil de Paris en 1962 y suponía una evolución del anterior A108. Ahora contaba con un motor proveniente del Renault 8 situado sobre el eje trasero. En nuestro país se vendió tanto la variante 1100, 1300 y 1400, aunque llegaron a existir versiones con motor 1600 con 125 caballos.

Su bajo peso que rondaba los 700 kilos gracias entre otros a la carrocería en fibra de vidrio lo hacían volar hasta los 215 kilómetros/hora. No sólo servía para lucirse en la calle, ya que cosechó grandes éxitos en competición, especialmente en la disciplina de rally donde cosechó victorias, por ejemplo, en el Rally de Montecarlo.

Ahora, medio siglo después Renault nos presente al A110 del siglo XXI. Denominado Renault Alpine A110-50, se ha basado en el diseño del prototipo DEZIR aunque ha sido convenientemente ensanchado y radicalizado para no ser confundido con este.

El Alpine A110-50, con 400 caballos y 880 kilos de peso, celebra por todo lo alto el 50º aniversario del Alpine original

Su carrocería construída íntegramente en fibra de carbono, destaca su estampa baja y ancha con elementos circulares sobre la parrilla que recuerdan a los faros del A110 original. Además se ha utilizado el tono original Alpine Blue en contraste con el naranja. Los pasos de rueda ensanchados, las llantas de 21 pulgadas con cierre central o los elementos aerodinámicos como el splitter frontal o el alerón trasero lo asemejan a un coche de competición.

Y es que realmente bajo su ‘piel’ encontramos toda la arquitectura del Megane Trophy de carreras. Su chasis es de construcción tubular y alberga en posición central trasera un motor 3.5 V6 con 400 caballos de potencia a 7.500 revoluciones y está asociado a una caja de cambios semiautomática secuencial de seis velocidades. El peso es muy reducido, tan sólo 880 kilos y su reparto muy equilibrado, con un 48% asentado sobre el eje delantero. La suspensión emplea amortiguadores Sachs y discos de freno de 356 milímetros de diámetro y seis pistones delante y 330 mm y cuatro detrás.

En el interior también se respira a competición. El habitáculo está protegido por una jaula antivuelco y el piloto se encaja en un baquet Sabelt con arneses de competición. La instrumentación la hereda del Formula Renault 3.5 y cuenta con una pantalla a color situada en el propio volante.

Aún es una incógnita si Renault resucitará la marca Alpine para producir un deportivo de motor central, aunque viendo los últimos lanzamientos de odelos deportivos como el GT86/BRZ y la buen acogida que están teniendo, todo podría suceder.

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