El ASX sorprende. Sus formas generales son muy similares a las de los SUV más deportivos del mercado, modelos como el Ford Kuga o el Volkswagen Tiguan, que están pensados para circular a buen ritmo por carretera. De hecho, las versiones de dos ruedas motrices son las más vendidas de estos modelos, pero frente a ambos, si me apuran, nuestro protagonista nipón parece incluso más feroz, gracias a su agresivo frontal ya típico en la marca y herencia directa del Lancer. La mirada del ‘Mitsu’ infunde respeto pero, en realidad, nuestro protagonista no está pensando en merendarse a sus rivales en cualquier tramo de montaña, sino en escaparse allí donde el resto no son capaces de llegar. En definitiva, está más cerca de ser un todoterreno a escala que un deportivo embrutecido y en, este sentido, son rivales más directos el Toyota RAV4 o el Nissan Qashqai que los citados anteriormente. Por tanto no se hable más, ¡a la aventura!

Conducción

Es cierto que las exigencias de los compradores que acceden a un coche de estas características son muy diversas y por eso existen también modelos muy dispares dentro de la misma categoría. Desde los más deportivos a los que tienen mayor vocación familiar, pasando por los más todeterreneros, como es el caso del Mitsubishi ASX.

Por eso, en carretera abierta es habitual notar algunos balanceos indeseados de la carrocería, sobre todo en las curvas más cerradas e, incluso, algo de flaneo en unos neumáticos que también influyen decisivamente en este apartado y que, en el caso del Mitsubishi, tienen un perfil comparativamente alto -215/60 R17-. Además, la dirección tiene un tacto eléctrico que no comunica demasiado al conductor, que en ningún momento tendrá ganas de forzar al máximo la máquina en zonas de montaña. En cualquier caso, hay que decir en su favor que se trata de un bastidor previsible, de reacciones nobles, y que se beneficia también de la gran motricidad proporcionada por su sistema de tracción integral.

Todas estas características le otorgan un plus de polivalencia frente a muchos de sus rivales.

Su altura libre con respecto al suelo le permite acceder a zonas bastante complejas, sus neumáticos superan baches y bordillos con facilidad y tan sólo un ángulo de ataque algo reducido merma en parte las cualidades off-road de este verdadero todo camino. Un coche que pisa bien en carretera y tiene muchas facultades para llegar a zonas de difícil acceso o rodar por tramos de tierra a diario.

Motor y cambio

El motor turbodiésel del ASX a pesar de su denominación ‘200 DI-D’, es un 1.8 litros desarrollado íntegramente por Mitsubishi que entrega 150 caballos a 4.000 revoluciones por minuto.

Es un propulsor alegre, enérgico sobre todo a medio y alto régimen y que, además, se conforma con un gasto medio de 5,7 litros/100 kilómetros, según los datos oficiales. En carretera y con el coche descargado es relativamente fácil bajar esa cifra a los 5,0 litros, pero viajando con el coche cargado, lo normal es que ronde los 6,5 litros/100 kilómetros, es decir, un consumo muy similar al de los motores del Grupo Volkswagen o PSA.

A diferencia de estos, tan sólo echamos en falta una respuesta al acelerador algo más precisa a bajo régimen, justo antes de que el turbo comience a soplar con fuerza y se deje oír con demasiada claridad en el interior. Algo que ocurre a partir de las 2.000 vueltas cuando el bloque entrega su par máximo –300 Nm- y acelera con contundencia.

Lo bueno es que este motor está asociado a una caja de cambios de seis relaciones y accionamiento manual, que además tiene unos desarrollos cortos y bien ajustados lo que nos permite disponer de un buen par en todo momento.

En carretera circulamos en sexta siempre y subimos pendientes sin dificultad.

Por otro lado, el cambio tiene el típico tacto metálico de los Mitsubishi, es de recorridos bastante cortos, preciso y queda muy a mano gracias a la longitud de la palanca.

Confort

Aparte de su gran versatilidad, la otra gran ventaja que ofrece el ASX es que proporciona un confort en marcha excelente gracias al tarado blando de la suspensión y a un habitáculo que, sin ser demasiado vistoso –tiene un diseño calcado al del Outlander-, es amplio y está bien rematado. Los ajustes son de buena factura y el equipamiento de serie muy extenso.

Por lo demás, el cuadro de mandos y consola central son de diseño convencional. El volante multifunción es de lo mejor, de buen diseño y grosor tiene hasta 12 mandos integrados y permite un buen manejo del equipo multimedia, que resulta bastante más complicado desde los numerosos botones que encontramos en la consola central.

A pesar de sus dimensiones, en el ASX disponemos de espacio de sobra. Sin duda, esto se debe a una gran distribución del mismo y a las formas regulares de la carrocería. En la parte delantera hay espacio de sobra, la postura de conducción es elevada y cómoda y prácticamente lo mismo ocurre detrás, donde dos adultos o tres niños, viajarán a gusto.

Tan sólo la plaza central es un poco más estrecha y la ligera inclinación de la banqueta hace que las piernas descansen perfectamente.

Además, tanto el espacio para las piernas, como para las rodillas, es óptimo. En el centro encontramos un reposabrazos con dos posavasos que pueden hacer las veces de huecos portaobjetos y una trampilla que comunica el habitáculo con el maletero, por cierto, también muy práctico. Ofrece 416 litros de capacidad ampliables a 1.193 fácilmente. Sólo hay que reclinar la banqueta trasera –en proporción 60/40- para disponer de un volumen de carga notable.

Tan sólo se echa de menos algún conducto de ventilación para los pasajeros de atrás, las típicas cajoneras de las puertas o algún detalle de cortesía en la parte trasera de los asientos delanteras -bolsillos, mesitas, etc.-.

Valor de compra

El Mitsubishi ASX es un coche versátil, cómodo y práctico para un uso familiar. Pero sin duda, lo mejor es la cantidad de equipamiento que ofrece, inusual en un coche de su precio. Incluye de serie: faros bi-xenón con función de autoencendido, sensor de lluvia, control de velocidad crucero, llantas de 17 pulgadas o la función Stop&Start, en este acabado medio incluso el techo panorámico de serie con función de iluminación mediante LEDs también van añadidos. Y todo en un coche de 27.910 euros, que puede adquirirse desde 24.500, aunque sin tracción integral.

En su versión 4X2 no es tan asequible como un Nissan Qashqai o un Ford Kuga pero en 4x4 sí sale más económico si comparamos la relación precio/equipamiento entre sí. Otros rivales como el Toyota RAV4 o el Volkswagen Tiguan son bastante más costosos.

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Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.