El exclusivo fabricante británico lanza su modelo de acceso a la marca. Derivado directamente del 570S, ambos modelos componen la denominada Sport Series de la firma, una gama de coches cuya concepción los hace adecuados para un uso cotidiano. Mecánicamente incorpora un motor de ocho cilindros en V sobrealimentado por dos turnos, lo que le permite alcanzar los 540 caballos de potencia con un par motor de 55 kilográmetros, que se transmiten hasta los neumáticos a través de una caja secuencial de siete velocidades. Entre sus logros dinámicos está un 0-100 kilómetros/hora de 3,5 segundos y un 0-200 de 10,5. Con una velocidad máxima de 320 kilómetros/hora.
Para contener el peso final en 1.311 kilos la firma ha recurrido a un bastidor de fibra de carbono, que se combina con multitud de partes de la carrocería realizadas en aluminio, como las puertas. Si finalmente se confirma esta cifra cuando llegue la calle, podemos hablar de un verdadero virtuoso de la materia, pues su competencia directa –Porsche 911 Turbo S, Mercedes AMG-GT o Audi R8 V10– superan holgadamente los 1.600 kilos.
El conjunto mecánico se completa con suspensión de dureza variable gracias a unos amortiguadores regulables electrónicamente con tres posiciones (Track, Sport y Normal) siempre, eso sí, con un enfoque más de carretera que su hermano el S.
El interior aún es una incógnita, aunque ya sabemos que cuenta con una pantalla multifunción de siete pulgadas y que buena parte del mismo está tapizado en piel.Estéticamente la imagen evoluciona a partir de la del citado 540S, sobre el que modifica las entradas de aire frontales y el difusor posterior. Además estrena llantas de diseño inédito y faros con tecnología de led.
Con una longitud de 4,53 metros, ha sido presentado oficialmente en el Salón de Shanghai. Ya se admiten pedidos, con un precio ligeramente inferior a los 180.000 euros, aunque las primeras entregas no se producirán hasta el año próximo.
