En España, los pickup, los todoterreno que tienen una bañera de carga en la parte trasera, nunca han tenido mucho éxito… quizá hasta ahora. La oferta de estos modelos todavía queda en manos de los tradicionales Ford Ranger, Nissan Navara, Mahindra Bolero, Mitsubishi L 200, Ssangyong Actyon Sports Pick-up, Tata Xenón y Toyota Hilux. Todos ellos más o menos plantean características similares: suspensiones traseras de ballestas, una zona de carga muy amplia, potentes motores turbodiésel de más de 150 caballos, múltiples variantes de carrocería y amplios niveles de equipamiento (enfocados al trabajo o al lujo). A comienzos de año, el Volkswagen Amarok, que ya probamos en su momento, se ha sumado a la lista y, en el plazo de un año, lo hará el renovado Mazda BT-50.
Como es de recibo, estrena un diseño que lo adapta a los últimos modelos japoneses, como el compacto 3, la berlina 6 y el monovolumen 5, con unos faros rasgados en la parte frontal y algunas nervaduras en el lateral de la chapa. Idéntica sensación se traslada al interior, donde todo el salpicadero recuerda al de sus hermanos de otras categorías (en lo bueno: es un diseño sencillo sin recargar; en lo malo: abuso de plásticos duros).
Aparte, el nuevo BT-50 amplía la capacidad de carga de su bañera en nada menos de 266 litros para llegar a los 1.453 litros. Contará con versiones de propulsión trasera e integral 4x4, una gama de motores compuesta principalmente por mecánicas Diesel, una lista de acabados completa, equipamientos opcionales y una carrocería denominada Freestyle, que elimina el pilar B y añade con pequeñas puertas (similar por concepción al deportivo RX8) que se abren en sentido contrario, como ocurre en el Opel Meriva.
