El nuevo Kia Cadenza ha sido diseñado por Peter Schreyer, está inspirado en el concept Quoris y rompe con la línea de los Kia habituales para posicionarlo como un coche más premium. Los bi-faros delantero recuerdan bastante a los de BMW, mientras que la trasera es más similar a lo que Kia nos tiene acostumbrados últimamente. Los grandes pasos de rueda le permiten al Cadenza acoger unas llantas de hasta 19 pulgadas.
Para garantizar que un coche de su envergadura y peso ruede con agilidad, la marca coreana ha dispuesto bajo el capó del Cadenza un motor V6 de 3.3 litros que entrega 293 caballos de potencia a 6.400 vueltas. Sin duda es el bloque más 'gordo' que hemos visto en un Kia hasta la fecha pero va asociado a un cambio automático de seis marchas con convertidor de par que a buen seguro le condecerá un carácter bastante burgués, con progresivas transiciones entre las velocidades.
Ideado para ser un coche cómodo pero con una respuesta dinámica notable, el Kia Cadenza cuenta con un esquema de suspensiones McPherson en el eje delantero y multibrazo en el trasero que debería de ser óptimo para superar zonas viradas.
En lo relativo al confort, el interior garantiza un buen nivel de espacio y también de calidad en los materiales con posibilidad de incluir tapacería de cuero, inserciones de madera e iluminación mediante leds. El equipo incluye de serie una pantalla táctil de ocho pulgadas, cámara de visión trasera, equipo de audio Infinity o el arranque sin llave. Opcionalmente podemos dotarlo de control de velocidad crucero adaptativo, detector de vehículos en el ángulo muerto o avisador de cambio de carril involuntario.
Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.
