Si alguien ve por la calle un Ferrari y encuentra dificultades a la hora de reconocerlo quizás esté ante un producto muy especial diseñado por la división SP de la marca, la cual está especializada en construir unos modelos exclusivos a los que denominamos one-off.
Los últimos que habíamos visto nos llegaban desde un evento privado celebrado en Italia, dando como resultado los SP1 y SP2, unos ejemplares que están basados en el 812 Superfast pero que reciben una serie de modificaciones únicas para convertirse en productos exclusivos. En definitiva, una receta muy similar a la que se ha aplicado en el último proyecto de esta división especializada de Maranello, el Ferrari SP3JC.
Estamos ante un supercar diseñado y producido bajo encargo para John Collins, el presidente de uno de los concesionarios más laureados de la marca, Talacrest. Lo más importante es que estamos ante un roadster puro dispuesto sobre el chasis y el tren de rodaje del Ferrari F12tdf. Esto es interesante porque el Cavallino Rampante se produjo únicamente como coupé al igual que su sucesor, el 812 Superfast. En lo relativo a la decoración, Ferrari sostiene que este SP3JC refleja la pasión por el Pop Art de su creador, de modo que combina los colores Azzurro Met y Giallo Modena el denominado Bianco Italia que viste la mayor parte de la carrocería.
Si nos fijamos en las imágenes que han trascendido veremos algunos de los rasgos característicos de este modelo, como por ejemplo una parte delantera hecha a medida con unos grupos ópticos similares a los del F12 Berlinetta, unas llantas procedentes del Superfast y una zaga bastante llamativa. Esta última cuenta con dos ranuras horizontales por encima del difusor y una pieza curva que conecta con las luces traseras. Otros detalles significativos se concentran en las ‘jorobas’ del Cavallino.
En el interior destacan unos asientos tapizados en cuero azul y blanco, mismos colores presentes en el salpicadero y los paneles de las pueras, lo que unido a los logotipos 'SP3JC' contribuyen a ensalzar su exclusividad. Bajo el capó, el V12 atmosférico de 780 caballos reserva buenas dósis de emoción a su conductor y es que no hay un Ferrari único sin un buen propulsor incorporado.
Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta
