El M se encuadra dentro de las berlinas de lujo con un cierto carácter deportivo. Llega a España con dos motores de seis cilindros, tracción trasera y buenas dosis de potencia: 320 caballos para el de gasolina y 238 para el Diesel. Éste último ha sido desarrollado íntegramente por Infiniti para Europa y es el primer motor Diesel de la marca. Ambos van asociados a un cambio automático de siete velocidades con cuatro programas de utilización: Standard, Eco, Sport y Snow. El modo Eco tiene la particularidad de que actúa además sobre el pedal del acelerador con el fin de limitar la presión que el conductor ejerce sobre él y con ello conseguir un menor consumo de combustible. Este modo incluye un chivato en el cuadro de instrumentos que informa al conductor de que se está circulando en modo económico.

La gama M se completará en primavera con la llegada de una variante híbrida con un motor gasolina V6 de 3.5 litros con 306 caballos y otro eléctrico de 68. Se denominará M35h y será capaz de circular a velocidades de hasta 80 kilómetros/hora sólo con el motor eléctrico.

Uno de los aspectos más logrados del M es el interior. La terminación está muy cuidada y los materiales utilizados transmiten calidad.

La postura al volante es muy cómoda gracias en parte a las diez posibilidades diferentes de ajuste del asiento, lo que se completa con un interior bien insonorizado y que mima a sus ocupantes. La habitabilidad es buena, tanto para el conductor y acompañante como para el resto de ocupantes.

Comentario aparte merece el completo equipamiento tecnológico disponible que incluye, entre otros, un sistema de dirección activa a las cuatro ruedas. Denominado 4WAS es de serie en las versiones más deportivas, las S, y busca mejorar el giro en curva y aumentar la estabilidad. Su comportamiento convence ya que hace el M un coche más ágil y mucho más estable en curvas a velocidades medias. También hay disponible un sistema de abandono involuntario de carril y de prevención del cambio de carril que actúa sobre la dirección si detecta un obstáculo y es capaz de corregir la trazada de forma automática.

Una vez al volante, la suavidad es la nota dominante. El confort de marcha está presente en todo momento con un silencio de rodadura de primer nivel. Tanto el motor gasolina como el Diesel son muy suaves y elásticos en su comportamiento y se acompañan de un cambio de siete velocidades que en las versiones S incluye levas detrás del volante. El cambio es rápido y bastante efectivo. Además, sus modos de uso bien diferenciados permiten variar ostensiblemente el comportamiento del vehículo, desde una berlina donde prima la comodidad a un coche con un carácter más deportivo.

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Rodrigo Pareja

Periodista especializado en movilidad en todas sus variantes: coche, moto, bicicleta, patinete eléctrico... y no siempre por este orden, dado que la forma en la que nos desplazamos está cambiando. Más de 20 años de experiencia en el mundo del automóvil y en constante adaptación en un sector que no deja de generar noticias.