El C-Crosser ofrece versatilidad, espacio -incluso para siete pasajeros- y demuestra un gran comportamiento en carretera. A la hora de rodar por caminos se defiende bien pero prefiere los de buen estado. Por otro lado, el haber apostado por comprarle el coche a Mitsubishi se traduce en una inevitable pérdida de personalidad.

Conducción

Si en el apartado anterior decíamos que el C-Crosser está un punto por debajo de lo que podíamos esperar en un coche de su marca, a cambio, el todo camino nos sorprende con un comportamiento dinámico intachable. Se maneja con agilidad en las carreteras más comprometedoras. El chasis es fantástico y ni siquiera exprimiendo el poderoso motor 2.2 HDI de PSA logramos ponerlo en aprietos. La dirección tiene un tacto muy directo y convence por su gran precisión. Subimos el puerto a buen ritmo y con un buen feeling y lo bajamos con la misma tranquilidad. Los frenos, de discos ventilados en el eje delantero, tampoco desfallecen a pesar de que sujetan los 1.825 kilos de un C-Crosser lanzado. Todo bajo control.

Ahora conducimos con menor ímpetu y así detectamos algún que otro inconveniente. La precisión de la dirección en ocasiones se torna excesiva. Sobre todo cuando conducimos con tracción 2WD es fácil perder el volante en aceleraciones o recuperaciones porque el considerable par del motor recae sobre el eje delantero y gobierna el volante y tiende a quedarse fijo hacia un punto. Las irregularidades del terreno también pueden jugar una mala pasada en este sentido y desviar la trayectoria del coche. A velocidades elevadas, en autovía, también echamos en falta una mejor insonorización.

En el C-Crosser se cuelan algunos ruidos aerodinámicos a los que no nos acostumbran la mayoría de sus competidores.

En camino, la posibilidad de escoger la tracción fija a las cuatro ruedas facilita mucho las cosas, aunque en este ambiente no tardamos en echar de menos otros neumáticos. Los Michelin Outside 225/55 R18 (de serie en el Exclusive) dan un resultado inmejorable en carretera, pero ahora el perfil 55 nos limita. Un Jeep Cherokee o un Honda CR-V están mejor dotados en este aspecto.

Seguridad

El equipamiento de seguridad es amplio en toda la gama del C-Crosser. Especialmente eficaces resultan los neumáticos Michelin Outside que sin duda contribuyeron a realizar una frenada espectacular en nuestras pruebas. De 120 a 0 km/h en 3,6 segundos, con sólo 65,6 metros recorridos en ese tiempo. Pero además de la eficacia contrastada de los frenos ABS con repartidor de frenada, el C-Crosser equipa control de tracción ASR y airbargs frontales, laterales y de cortina. Todavía no ha pasado por las pruebas de choque de EuroNcap pero su gemelo, el Mitsubishi Outlander, obtuvo 4 estrellas.
Confort 10/20

Lo primero que llama la atención a los mandos del todo camino de Citroën es, precisamente, que los mandos no son de un Citroën. Las diferencias con el Mitsubishi Outlander en el interior del habitáculo son mínimas y esto se traduce en ciertas carencias de habitabilidad frente a los modelos de gama media/alta de la marca francesa que son más confortables y detallistas. Los C4 Picasso, C5 o C6 están un punto por encima tanto en la calidad de los materiales como en los ajustes. El C-Crosser dispone de un cuadro de mandos muy simple con clásicas ‘ruletas’ para manejar el climatizador o plásticos duros aunque de buen aspecto. Detalles típicos de un coche nipón, como el aspecto deslucido del pomo de la palanca de cambios, otro claro ejemplo.

Salvando esta primera impresión -fría-, el habitáculo japonés ofrece ergonomía, equipamiento, espacio y sencillez.

Al volante, nos encontramos completamente a gusto y la calidad general -sin llegar al nivel deseado- es aceptable. Disponemos de guantera doble, la más pequeña refrigerada, dos tomas de corriente, numerosos posavasos o regulación eléctrica para el asiento del conductor. Además, la versión ‘Exclusive’ que conducimos equipa de serie asientos de cuero o faros de xenón. Y este equipamiento se puede completar con sensores de aparcamiento, techo solar eléctrico (750 euros) o un sistema que integra navegador con pantalla táctil, cámara trasera y disco duro interno (2.400 euros).

El espacio es suficiente tanto en las plazas delanteras como en las traseras, que son completamente modulables. Eso sí, las dos supletorias que se esconden en el suelo del maletero sólo pueden ser útiles para salir de un apuro. Nada más, puesto que no dejan espacio para las piernas de los pasajeros. El maletero presenta una capacidad máxima de 510 litros -muy justito- y la rueda de repuesto tiene que buscar su sitio en los bajos del coche.

Ecología

Para ser justos, PSA no se ha conformado con adquirir un producto con factura nipona a precio razonable y ha potenciado su coche de la mejor forma posible, animándolo con un propulsor excelente. El 2.2 HDI de 160 caballos demuestra empuje a cualquier régimen, es progresivo y bastante silencioso. Además, los números le dan la razón. En nuestras pruebas logra pasar de 0 a 100 km/h en diez segundos y realiza las recuperaciones de 80 a 120 con una facilidad sorprendente para un coche de sus características. La caja de cambios, de seis velocidades, es de Mitsubishi pero eso también se agradece. Es un cambio de buen tacto, rápido y preciso.

El consumo está dentro de lo razonable para las prestaciones que es capaz de ofrecer el C-Crosser. En régimen mixto, con tracción a dos ruedas, se conforma con 7,8 litros a los 100 kilómetros mientras que en ciudad o con tracción 4x4 superamos fácilmente los 9. No son cifras especialmente bajas pero sí acordes a las prestaciones que ofrece. Las emisiones de CO2 son 191 gr/km.

Veredicto

El C-Crosser es un SUV elegante y bien equipado que mira a la cara a cualquiera de sus rivales en uno de los segmentos más exigentes del mercado. Ofrece un comportamiento sobresaliente en carretera, un interior amplio con siete plazas y un equipamiento tecnológico ideal. A la hora de rodar por caminos se defiende bastante bien pero su hábitat natural es el asfalto. Su precio -por encima de los 30.000 euros- se sitúa entre el Diesel tan potente y refinado como el del C-Crosser.

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Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.