El BMW M1 fue el coche más impactante de la marca alemana en la década de los 70. Su configuración de motor central, habitáculo biplaza y afilada carrocería sedujeron y todavía seducen a los aficionados. Los trazos fueron obra de Giugiaro y se han convertido en un icono del diseño industrial. Ahora, conmemorando los 30 años del M1, BMW presenta en el concurso de elegancia de Villa d'Este un concepto basado en la configuración y estilo de aquel modelo, rescatando lo que le hizo tan especial en su momento y añadiendo modernas técnicas aerodinámicas y tendencias del Siglo XXI.

Una bonita forma de celebrar el cumpleaños de un coche, aunque lógicamente el "concept" no aporta realmente nada realmente nuevo, es sólo un ejercicio de estilo basado en la original idea definida hace más de 30 años por Giugiaro a la que se le han cambiado las aristas rectas tan en boga en aquel entonces por trazos más suaves y técnicas aerodinámicas más elaboradas, como el uso del doble riñón de BMW como toma de aire para refrigerar el motor, que se mantiene por supuesto en posición central. Algo que se abandona en el BMW M1 Homage respecto al modelo original es el sistema de faros escamoteables, solución de moda en los deportivos de los 70 pero ampliamente superada aerodinámica y estéticamente hoy en día. En su lugar se recurre a unos discretos faros semiocultos en la toma de aire frontal. Y si algunos diseños han de desaparecer en el lenguaje actual, un detalle extravagante sigue presente: los dos logotipos traseros de BMW colocados en las esquinas, con los que la casa de Munich quería identificar que su modelo tenía motor central. Entre medias la línea lateral recurre más que en los años 70 a una zaga musculosa, que adquiere un aspecto más ancho que en el modelo original de serie y recuerda a las unidades destinadas a competición, los BMW M1 Procar, por ejemplo. No cabe duda, observándolo desde cualquier perspectiva, de que el motor va detrás del habitáculo.

Genio desconocido

No conocemos las características técnicas del modelo por lo que no podemos hablar del motor que equipa este prototipo, pero BMW declara que las dimensiones exteriores son similares al original: unos 4.346 milímetros de longitud y 1.140 milímetros de altura. Sin duda a simple vista se comprueba que la anchura ha debido crecer bastante y en BMW confirman que la batalla ha experimentado cierto incremento. Aunque sólo sea un ejercicio de estilo es una buena manera de recuperar tendencias interesantes y refrescar ideas que quizá puedan aplicarse en los modelos del futuro... y quien sabe si la marca alemana se podría animar a fabricar otro súper-deportivo con motor central como en su momento hizo con el M1, un coche atípico en la tradición de la marca, acusado de ofrecer prestaciones decepcionantes y de resultar ineficaz en competición, del que sólo se produjeron 455 unidades entre 1978 y 1981 pero que gracias a su avanzado diseño ha logrado hacerse con un lugar destacado entre los mitos de la historia del automóvil.