El pasado noviembre tuvimos la oportunidad de probar en carretera el SQ5 Diésel, la nueva apuesta deportiva de Audi para su SUV intermedio.

A priori la insignia SQ5 de la parrilla nos hacía pensar que nos encontrábamos ante un potente motor gasolina alojado en el vano del todoterreno, aunque esta vez y como primicia en la gama S de Audi, se trataba de un motor Diésel. Eso sí, de 313 caballos y 650 Nm de par.

Ahora Audi completa la gama del SQ5 con la versión gasolina, que irá destinada a mercados extranjeros en los que las ventas de este tipo de motorización es mayor que en países como España.

El cambio más importante de este Audi SQ5 respecto a su hermano turbodiésel, es como no, el nuevo motor 3.0 V6 TFSI que ayudado por un turbo produce 356 caballos y un par máximo de 470 Nm de par. Con estas cifras se permite alcanzar los 100 km/h desde parado en 5,3 segundos –dos décimas más lento que su hermano- y homologa un consumo 8,5 litros. El cambio automático S-Tronic de ocho velocidades y la tracción integral Quattro son de serie.

Además se ha optado por una configuración un punto más deportiva para el bastidor, con lo que ahora es 3 centímetros más bajo y con unas suspensiones más firmes. Además cuenta de serie con llantas de 20 pulgadas con neumáticos 255/45.

Su diseño, tanto de carrocería como en el habitáculo es muy similar al ya visto en el SQ5 Diésel. No faltan elementos estéticos para diferenciarlo de un Q5 normal ni un interior forrado en cuero bicolor, acabados en aluminio o carbono y múltiples inscripciones “SQ5”.

Audi no tiene previsto comercializar el SQ5 gasolina en Europa, aunque sí que lo hará en otros países como Estados Unidos, Japón, Rusia, Canadá o China. Se espera su llegada a los concesionarios para el último trimestre de 2013 por un precio que rondará los 68.000 euros.

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