Llegar a Málaga tres horas después de salir de Madrid despojándonos de toda la preparación invernal que llevamos por culpa de los 18º de temperatura ambiente es una sensación muy gratificante. Salimos de la estación del AVE, donde nos espera un transfer que, en apenas una hora, nos traslada hasta el circuito de Ascari, nuestro destino. Según entramos en las instalaciones de este mega complejo dedicado a las carreras automovilísticas, las primeras banderas de Lexus aparecen ondeando al son de la suave y refrescante brisa de la sierra rondeña mientras vemos la curva de final de recta, por la que justo pasan varios RC F como una exhalación regalando petardeos con cada reducción de marcha. Los futuros clientes están disfrutando de una jornada de pruebas exclusiva y sabemos que ya hay más de uno que ha tirado de chequera para hacer un adelanto de la reserva.
Nos bajamos del RX 450h y en el pit lane ya está preparado Stéphane Sarrazin, piloto de Lexus, que viene directo de correr con su Venturi de la Fórmula E, la competición de monoplazas eléctricos auspiciada por la FIA de Jean Todt y creada por Alejandro Agag. Imagen de la marca nipona y de la matriz Toyota para las que compite desde hace años, Stéphane es nuestro cicerone y nos guía en este bis a bis con el exclusivo deportivo de 477 caballos, bautizado como el anti BMW M4 definitivo. Alto, delgado y de carácter latino, Sarrazin quiere pasárselo bien, como hace siempre a los mandos del 'bicho' que le toque dirigir, y no duda en encender el equipo de audio Mark Levinson para escuchar la canción "Dangerous" de David Guetta por los 17 altavoces… e ir 'calentando'. "Cómo suena, ¿verdad?", nos dice por la ventanilla bajada.
Borbotones de adrenalina
La pista se queda vacía y los comisarios dan el visto bueno por walkie talkie para que empiece el espectáculo del galo con este supercar, así que accedemos al trazado de 5.425 metros de largo con un RC F de color Naranja F, una pintura especial que cuesta 1.300 euros. "Si quieres que te defina al Lexus en una palabra, ésta sería increíble"; así nos presenta Sarrazin al bólido de 2+2 plazas. Sin apenas habernos dado tiempo a abrochar el cinturón de seguridad, el primer zapatazo nos catapulta de la forma más enérgica posible a la salida de la calle de bóxes; la intensidad de esta arrancada es tan notoria que vemos a un comisario sonreír y señalar con el dedo pulgar hacia arriba.
Stéphane de inmediato pone la palanca del cambio en el modo manual ya que prefiere elegir la marcha. Son ocho las disponibles, que se nos antojan excesivas para un vehículo de corte deportivo. "En absoluto, es mucho mejor tener este número que alguna menos porque así el conductor lleva el coche en el régimen de revoluciones correcto en todo momento, tanto por prestaciones como por consumo", matiza. Cada vez que golpea las levas del cambio, ya sea para subir una relación como para bajar varias de golpe, se le ve satisfecho con la respuesta; no hay ni un mal gesto, ni por parte del RC ni por la del piloto. "La seguridad es bestial", añade sin titubeos.
Por donde le indiques
En la segunda vuelta, Stéphane ha tomado confianza con la pista, que tiene un agarre magnífico, y va a por todas. Lo demuestra, por ejemplo, al abordar una estrechísima chicane por encima de 100 kilómetros/hora. Sin levantar el pie y 'tirando' el RC F primero a derechas y luego a izquierdas, la neutralidad del chasis es sencillamente magistral, algo sorprendente para tratarse de un todo atrás. "En las curvas rápidas es muy equilibrado de respuestas y las cuatro ruedas se 'pegan' al asfalto mientras que, en las lentas y con los controles activos, demuestra que es muy difícil descolocarlo. Y, aunque con las ayudas la efectividad es enorme, ¡es mucho menos divertido para mí!", dice con una sonrisa pícara. Durante la sesión de fotos le pedimos que intente cruzarlo para hacer un apoyo un tanto espectacular, pero le cuesta. "Si desconecto todas las asistencias y lo revoluciono en primera, es posible hacer algo". Sólo con el programa Sport S+ seleccionable a través de una ruleta, el RC F se vuelve un poco más nervioso.
En esto, no pasamos por alto que el cupé en su formato más deportivo está próximo a las dos toneladas de masa. "Cuando vas a por todas, no tienes la sensación de que el RC F arroje casi 1.800 kilogramos en la báscula. Y es que es muy rápido en los cambios de dirección y en las curvas. He ido al límite con él y no ha habido ningún atisbo de balanceos o de inercias"; Stéphane se muestra firme al respecto.
Finalizamos las sucesivas vueltas refrigerando los frenos, que han aguantado el tirón sin mostrar síntomas de agotamiento por sobrecalentamiento. "¡La mordida es muy buena!", dice levantándose la visera del casco; él también necesita enfriarse. El RC F parece que está hecho a la medida de Sarrazin, así que le preguntamos si esta misma unidad sería la que conduciría a diario. "No está mal pero me quedo con la versión Carbon Package que hace que el coche pese algo menos debido al uso de la fibra de carbono y lo elegiría con la carrocería pintada en negro, que es mucho más espectacular". No es mala elección…
Rival a batir
Pero, ¿todo es tan bueno y bonito en el RC F como parece? "Stéphane, sincérate, dinos algo que mejorarías". "Yo hubiese preferido una suspensión con un tarado más racing, ideal para los circuitos, pero entiendo que prima más el compromiso entre confort y prestaciones, algo que agradecen los clientes para circular por la carretera". "¿Y algún inconveniente más?", le insistimos, a lo que nos contesta con un rotundo adverbio de negación y con expresión seria en el rostro.
Nosotros no le vamos a llevar la contraria porque el RC F, efectivamente, es un deportivo de los pies a la cabeza. Y en su grandeza destilan con encanto los detalles heredados del todopoderoso LFA…
De deportivo de élite a referente de la marca
CAR AND DRIVER ha sido el único medio de todo el mundo que ha reunido en un mismo escenario a la nueva criatura de Lexus con el modelo que hoy en día sigue siendo la referencia de la marca: el biplaza LFA de 560 caballos.
Más allá de la anécdota, lo cierto es que las similitudes entre ambos son varias; de hecho, tal y como nos han asegurado varios responsables del proyecto RC F, "el cuadro de mandos y la configuración de los programas de conducción del RC F están inspirados en los del LFA". Con una producción limitada a 500 unidades, a España sólo ha llegado un LFA, en concreto, a las Islas Canarias. Su afortunado propietario desembolsó más de 400.000 euros por este 'pura sangre'.
¿Quién es Stéphane Sarrazin?
Con 39 años, Sarrazin ha competido en karts, rallyes e, incluso, en Fórmula 1 con los desaparecidos Prost Grand Prix y Toyota Racing. En la actualidad compagina su actividad entre los monoplazas de la Fórmula E a los mandos de un Venturi–Nick Heidfeld es su compañero de escudería– con los entrenamientos para volver a competir enLe Mans e intentar dos cosas: ganar la carrera y conseguir el título para Toyota en LMP1. En un futuro no muy lejano, no descarta correr el Dakar o el WRC también con Toyota.
