Mazda es una de esas marcas que actualiza continuamente sus vehículos y buena prueba de ello es el 6 que desde su lanzamiento en 2013, ya ha recibido dos puestas al día, más está última que es la más profunda y que afecta a más elementos. Puede parecer que son solo retoques pero lo cierto es que el Mazda6 2018 tiene muchos más cambios de los que parece, desde los meramente estéticos a los que mejoran su bastidor y los que hacen que todos sus motores sean más eficientes, además de cumplir con la exigente normativa Euro 6D-Temp.
El frontal es completamente nuevo, con un mayor protagonismo para la gran parrilla que parece prolongarse hacia unos faros ahora más estilizados. En la parte trasera los cambios son menos llamativos pero también se ha rediseñado. En el interior todos los revestimientos son nuevos, con un tacto mucho más blando y agradable que incluye nuevos elementos decorativos, en función de los acabados, que incluye una nueva madera de sen y un material que imita el ante y que no es Alcantara, utilizado en algunas zonas del salpicadero y los paneles de las puertas.
La instrumentación puede incluir una pantalla configurable en la parte central de los relojes y el sistema multimedia se ha mejorado, es compatible con Android y Appley cuenta con una pantalla más grande, de ocho pulgadas, en la parte superior del salpicadero. Los asientos también son nuevos, en todas las plazas, para mejorar la comodidad y la sujeción, y los delanteros de los acabados superiores pueden tener un sistema de ventilación.
La gama de motores está compuesta por los mismos propulsores que hasta ahora, dos gasolina y dos Diesel, pero todos han recibido una profunda remodelación, especialmente en los gasolina. Los bloques 2.0 litros y 2.5 de gasolina han visto modificados sus sistemas de inyección, relación de compresión, pistones y, el más potente, añade un sistema de desconexión de dos de sus cuatro cilindros cuando no se necesita todo su potencial.
El Diesel más potente lleva ahora un turbo doble que mejora su respuesta sobre todo a bajo y medio régimen. Todos llevan cambio manual de seis velocidades con un manejo excelente, pero el gasolina más potente lleva uno automático, con convertidor de par, también de seis relaciones, aunque la caja automática está disponible como opción con el resto de los propulsores.
La suspensión mantiene el esquema independiente en todas las ruedas, con McPherson delantero y multibrazo detrás, pero todos los elementos se han revisado, incluyendo la dirección, para conseguir una respuesta más precisa y una mayor comodidad. El aislamiento acústico también se ha mejorado y es uno de los puntos más apreciables del remodelado Mazda6.
El Mazda6 Wagon es un caso curioso dentro de los modelos con este tipo de carrocería ya que tiene menos distancia entre ejes y es más corto que el cuatro puertas, pero ofrece 40 litros más de maletero, además de estar a la venta al mismo precio que el sedán.
El Wagon recibe los mismos cambios que el sedán, tanto estéticos como mecánicos. Además, con esta carrocería se puede disponer de la variante de tracción total con los dos motores Diesel, con un sobreprecio de entre 1.000 y 1.700 euros en función del motor y el acabado.
En el equipamiento, además de los elementos de confort, también hay novedades como los faros led más sofisticados con 20 módulos que iluminan de manera selectiva todo lo que hay por delante del vehículo, cámaras perimetrales, un sistema de proyección de datos directamente en el parabrisas, sin pantalla plástica, control de crucero activo con función de parada e inicio de la marcha en los atascos.
Los precios arrancan en los 30.375 euros del Mazda6 gasolina 145 caballos en acabado Evolution y llegan a los 43.975 euros del Mazda6 Wagon Diesel más potente con tracción total y cambio automático en el acabado más completo Zenith White Sky.