Volkswagen plantea con el GTD una estrategia comercial muy tentadora al ofrecerlo por el mismo precio que el GTI. Con 184 caballos y el mismo par motor que su hermano de gasolina, se adjudica un consumo medio homologado de tan sólo 4,2 litros. Increíble para un coche que acelera de 0 a 100 en 7,5 segundos y alcanza los 230 kilómetros por hora.

A la vista del GTD hay que ser muy observador para distinguirlo del GTI si no nos fijamos en su anagrama trasero. Lo podremos diferenciar porque la calandra no está perfilada por las líneas rojas del GTI y porque sus llantas son diferentes. Aparte de eso, en el exterior las diferencias se limitan en la parte trasera por el doble tubo de escape que, en lugar de estar cada uno en un extremo de la carrocería, están juntos en el lado izquierdo.

En el interior, las tapicerías de los asientos deportivos son igualmente de cuadros escoceses, pero sin el ribete rojo del GTI. Por lo demás, sólo se diferencia en el anagrama sobre el arco del volante.

Una vez arrancado, tampoco es fácil distinguirlos, ya que el Diesel se muestra tan silencioso al ralentí y a medio régimen que podría pasar para los ocupantes por un motor de gasolina. Tanto es así que Volkswagen ofrece un paquete deportivo que incluye un sistema acústico que modula el sonido del escape para escucharlo en toda su expresión cuando aceleramos a fondo.

La respuesta del GTD es tan suave que conduciéndolo normalmente no delata en ningún momento su potencial deportivo. Habrá casi que echar mano del cronómetro para constatarlo pues la progresividad del bloque TDI es tan lineal que en ningún momento notamos tirones ni brusquedades a lo largo de la curva de rendimiento. Esto hace que sea un coche muy fácil y cómodo de conducir.

ligual que en el GTI, se ofrecen dos cambios, manual y automático de doble embrague DSG, ambos de seis relaciones, adaptadas en sus desarrollos al motor Diesel. Un tacto y una precisión excelente en el manual hacen que la opción del DSG quede para quienes deseen una facilidad máxima de conducción. Pero quitándole al GTD una de las pocas cosas que todavía se adjudica al conductor.

Y es que el GTD también va dotado del sistema de diferencial electrónico XDS+ que vela porque no nos salgamos intempestivamente de la trayectoria elegida, incluso acelerando sobre mojado, momento en el que la transmisión del GTD actúa de forma muy segura sin perder motricidad.

Mediante la pantalla táctil podemos configurar los parámetros de la dirección, haciéndola más o menos suave, de la respuesta del motor y, en el caso de equipar esta opción, de la suspensión regulable DCC. Ésta es recomendable para mejorar la comodidad en un uso cotidiano, ya que la amortiguación deportiva estándar nos podrá resultar demasiado rígida en asfaltos malos o en viajes largos.

Dinámicamente, es muy parecido al GTI. La diferencia de peso es muy poca (unos 30 kilos) y no afecta mayormente en carretera a la estabilidad. Más amable que el GTI de gasolina, el GTD es de una eficacia impresionante, tanto en rendimiento del motor como en conducción, pero pierde bastantes sensaciones deportivas puras, filtradas por una tecnología de muy alto nivel.

Automotive design, Daytime, Vehicle, Automotive tire, Automotive mirror, Infrastructure, Road, Car, Red, Rim,