Es uno de los veteranos de su grupo y después de someterse a una intensa renovación también pretende ser el mejor, pues los cambios introducidos buscan convencer a los urbanitas más exigentes. Uno de sus mayores atractivos radica en su estética llamativa y de claros tintes deportivos, sobre todo si optamos por el nuevo acabado GT Line, que añade elementos exclusivos como la doble salida de escape cromada, la parrilla de color rojo o las llantas de aleación de 15 pulgadas con neumáticos de bajo perfil.

Más allá de la evolución estética, el coreano mejora en términos de espacio, dinamismo y maniobralidad. Si bien el modelo anterior ya destacaba en este apartado, el recién llegado –construido sobre una plataforma inédita– ha sabido evolucionar para adaptarse a los gustos europeos. Prueba de ello es el tacto de la dirección, que gracias a la asistencia progresiva facilita los giros a baja velocidad y gana en dureza cuando circulamos por vías rápidas.

Aunque su vocación es eminentemente urbana, en el primer contacto en los alrededores de Sitges hemos podido comprobar que también esconde cierto carácter rutero. La correcta puesta a punto del bastidor, una suspensión más bien dura y la vectorización de par–el ESP frena una de las ruedas en pleno giro para mantener la trayectoria– nos permitieron afrontar recorridos por carreteras repletas de curvas sin mayor problema que la falta de respuesta del motor, al menos en las unidades equipadas con el bloque atmosférico de un litro y 66 caballos de potencia. El pequeño tricilíndrico nos regaló a cambio magníficos registros en términos de consumo, muy cercanos a los 4,4 litros homologados en ciclo combinado.

Los problemas de potencia quedaron resueltos cuando nos pusimos a los mandos del 1.2, más capaz en autopista gracias a sus 84 caballos y prácticamente igual de frugal que la opción de menor cilindrada. Después del verano llegará el T-GDI de 100 caballos que, gracias al turbo, promete un equilibrio excelente entre gasto de carburante y prestaciones.

Rendimiento a un lado hay que destacar la practicidad del coreano. Buscar apacarmiento deja de ser una tarea estresante gracias al enorme radio de giro y las reducidas dimensiones exteriores; una vez más hay que resaltar el buen hacer de la dirección, que gracias a su ligereza nos permite maniobrar con soltura para 'encajarlo' en prácticamente cualquier hueco.

Con 3,59 metros de longitud el Picanto 2017 calca las medidas exteriores de su antecesor. El interior está mejor aprovechado y caben cinco ocupantes

De hecho es igual de largo que su antecesor, pero la batalla se alarga 15 milímetros para ganar espacio dentro del habitáculo y albergar hasta cinco ocupantes. Las plazas traseras son amplias para acomodar a dos adultos de 1,85 metros de altura, quedando relegado el asiento central a pequeños trayectos o pasajeros de talla menuda. Asimismo el maletero crece hasta los 255 litros de capacidad y posibilita separar la carga gracias a un doble fondo, mientras que el respaldo trasero se puede dividir en forma 60/40 para transportar objetos más largos y voluminosos.

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Además de viajar desahogados, los pasajeros disfrutarán de mejores ajustes en el interior y un generoso equipamiento en el que destaca la dotación tecnológica, especialmente en el acabado GT Line, de serie con el 1.2 y opcional para el 1.0 atmosférico. El apoyabrazos central, el climatizador automático o los pedales de aluminio forman parte del arsenal que hará más soportables nuestros trayectos a través de la jungla urbana. De manera opcional están disponibles varios paquetes de equipamiento que añaden elementos como la cámara trasera de ayuda al aparcamiento, la pantalla táctil de siete pulgadas ubicada en la consola central, el navegador GPS o el sistema multimedia con Apple Car Play.

El Kia Picanto 2017 llegará a los concesionarios en el mes de junio con un precio de partida –descuentos incluidos– de 8.535 euros para el 1.0 CVVT con el acabado Concept. El mismo motor asociado al nivel GT Line asciende a 10.035 euros, mientras que el 1.2 CVVT estará disponible por 10.535 euros con cambio manual y 11.865 euros con transmisión automática, en ambos casos el nivel GT Line es de serie. Opcionalmente se pueden añadir varios paquetes de equipamiento que añaden elementos como el navegador y la cámara trasera de asistencia al aparcamiento.

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