Probamos el Mazda MX-5 2019: Cuando más potencia equivale a más diversión

No hay que cambiar lo que es ya un éxito. Eso es lo que han debido pensar los responsables de Mazda a la hora de renovar de cara a 2019 el MX-5. Por eso la línea exterior no se ha tocado salvo añadir nuevos colores de las llantas de aleación de 16 o 17 pulgadas que incorpora según motorizaciones. Disponemos de dos posibilidades de techo retráctil: de lona con accionamiento manual o rígido con mando eléctrico. Este presume de ser el más rápido del mercado ya que sólo son necesarios 13 segundos para su despliegue. Como novedad una nueva capota de lona en color marrón que estará disponible en la versión MX-5 ST Nappa Edition.

A nivel del interior tampoco hay cambios en el diseño, aunque sí en el equipamiento. Ahora, de serie, disponemos en la pantalla de 7 pulgadas del navegador de Apple Car Play o Android Auto y el volante tiene una nueva regulación telescópica de 30 milímetros que se suma a la ya existente de 42 mm. en inclinación, haciendo aún más fácil encontrar la posición ideal para conducir.

En cualquier caso, es en la mecánica donde encontramos las principales novedades. El motor 2 litros gana 24 caballos de potencia llegando hasta los 184 CV y sube hasta las 7.500 revoluciones su régimen máximo. También incrementa su par motor hasta los 20,9 metros kilo. El otro propulsor de la gama, de 1,5 litros, mantiene prácticamente las mismas cifras que antes subiendo su potencia de 131 a 132 caballos y su par motor un par de décimas. La caja de cambios, que se muestra rápida y precisa, es manual de seis velocidades, aunque en la versión mas potente se puede solicitar un cambio automático con convertidor de par también de seis relaciones.

En el campo de la seguridad también hay novedades encuadradas dentro del sistema i-ACTIVESENSE. A las ya existentes como la alerta de cambio de cambio de carril, control de ángulo muerto o faros led adaptativos se añaden ahora un nuevo sistema de asistencia a la frenada en ciudad con detección de vehículos y peatones, cámara de visión trasera, reconocimiento de señales de trafico o el detector de fatiga del conductor que detecta incluso una merma de la atención al volante.

El MX-5 es uno de los coches más divertidos de conducir. Ya desde el arranque el ruido ronco y vibrante del motor dos litros nos engancha. Y en cuanto nos ponemos en marcha apreciamos la ganancia en respuesta y empuje respecto a su predecesor. A lo largo del recorrido pudimos apreciar sus cualidades dinámicas en todo tipo de recorrido incluso con piso irregular. La suspensión tiene la dureza justa para hacernos sentir seguros sin penalizar el confort y el tacto de la dirección nos hace sentir que tenemos el control en todo momento.
Y es que la ruta merece mención aparte. La Transfagarasan está situada en el centro de Rumania y atraviesa los montes Fagaras (de ahí su nombre) llegando hasta mas de 2.000 metros de altura por lo que generalmente está cerrada por nieve entre los meses de octubre a junio.

Construida con fines militares en los años 1970, es una sucesión de horquillas con subidas y bajadas que hacen que sea uno de los recorridos espectaculares del mundo en que la afluencia de conductores y motoristas es continua en los meses de verano. Como curiosidad podemos encontrar las ruinas del castillo de Vlad III el Empalador que recibió este sobrenombre por su costumbre de aterrorizar a sus enemigos sembrando de palos los alrededores de los pueblos conquistados para empalar en ellos a los prisioneros. Es, además, el personaje que inspiró a Bram Stoker la creación del igualmente sanguinario Conde Drácula.

En esta carretera hemos encontrado el complemento perfecto para exprimir las cualidades del nuevo MX-5 que está disponible desde 25.320 euros de la versión 1.5 menos equipada con techo de lona hasta los 36.520 del mas potente con techo eléctrico y máximo equipamiento.

A favor:

Prestaciones. Comportamiento. Línea

En contra:

Volante. Orientación de la pantalla de navegación.