El propio Walter de Silva, jefe de diseño del grupo Volkswagen entre 2002 y 2010, ha reconocido en numerosas ocasiones que el A5 es el coche más bello que ha creado en su vida. Y debe serlo a tenor de la ligerísima evolución estética que tuvo aquella primera generación. Unos meses después de aquel restyling, nos ponemos a los mandos de su segunda generación y en variante Cabriolet, una declinación de carrocería que eleva su atractivo a un nivel extremo y lo convierte casi en un objeto de culto cuando nos referimos al extremo S5.

Basta examinar la capota desde el interior para descubrir una de las mejores coberturas flexibles del mercado. Realizada en varias capas de materiales fonoabsorbentes y aislantes térmicos, nos permite viajar a velocidades más que elevadas con la misma sensación de aislamiento que en la variante coupé. Además estrena, por primera vez en el grupo alemán, un pulsador de un solo toque para plegarla o desplegarla, lo que hace que la maniobra –que dura 15 segundos– sea extremadamente cómoda para el conductor. Además podemos abrirla o cerrarla en movimiento siempre que circulemos por debajo de 50 kilómetros/hora. En materia estética, Audi nos ofrece la posibilidad de optar entre cuatro tonalidades distintas para la lona –negro, gris, marrón o rojo– combinable con los 16 colores de carrocería disponibles.

En el interior la evolución es pareja a la sufrida en su día por el cupé. Las cotas de habitabilidad mejoran ligeramente, especialmente en las dos plazas traseras, donde nos encontramos con 26 milímetros más para los hombros y 18 para las piernas, ello gracias a que la carrocería mide ahora 47 milímetros más. En el puesto de conducción la ergonomía roza la perfección, como ocurre en la mayor parte de los Audi, todo está donde debe estar, y cualquier maniobra apenas nos despista la atención de la carretera. Además contamos opcionalmente con el nuevo cuadro digital Virtual Cockpit.

Tras su esbelta estampa se esconde un coche que es 40 kilogramos más ligero que su predecesor y un 40% más rígido frente a la torsión en curva, dos logros de suma importancia que se han logrado gracias al uso de aluminio y aleaciones de última generación en gran parte de la estructura. También se ha modificado la arquitectura de suspensión de amortiguación delantera y posterior, sustituyendo el esquema trapezoidal por otro de cinco brazos, combinándose además con la última evolución del sistema de amortiguación adaptativa que nos permite optar entre cinco leyes de funcionamiento en función del momento puntual.

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En materia de motores contamos con cinco variantes; Diesel de 190 y 218 caballos –éste último 3.0 TDi– y tres gasolina de 190, 252 y 354 caballos, dando vida este último al deportivo S5. Mecánicamente el cóctel se completa con la tracción quattro en su variante ultra de bajo consumo y con 30 sistemas de ayuda a la conducción entre los que destacan el nuevo sistema Car to X, un automatismo que avisa al resto de coches Audi de la zona ante cualquier imprevisto en la calzada.

Dinámicamente y siempre al volante de la variante S5 el comportamiento de este nuevo Cabrio nos permite soñar con él como uno de los componentes de nuestro garaje ideal de coches para conducir. La posibilidad de emplearlo a diario cerrado, con un aislamiento sobresaliente o descapotarlo para dejarnos ver y disfrutar de los rayos del sol nos convence mucho; todas estas cualidades que salen a la luz antes de poner a prueba a la última edición del V6 con 354 caballos y caso 51 Nm de par.

El sonido descapotados eriza nuestro vello en combinación con la dulce brisa de la mañana acariciando nuestro rostro; todo ello con una agradable sensación de calor en nuestro cuello gracia a la nueva salida de climatización dispuesta por la marca en el reposacabezas, detalle de exclusividad que combina con el micrófono minúsculo incorporado en nuestro cinturón para que nuestra voz se escuche con toda claridad al usar el manos libres. Durante los primeros kilómetros de nuestra prueba descubrimos que pese a sus 354 caballos, el S5 es un compañero de viaje fiel y confortable si activamos el modo Comfort del Audi Drive Select. El motor genera par suficiente como para que nuestras aceleraciones y adelantamientos sean contundentes y muy seguros, y el tacto de la dirección y la suspensión es todo suavidad.

Eso sí, si nos venimos arriba y pulsamos el modo Dynamic las cosas se ponen muy serias.
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El V6 demuestra 'bufar' con la intensidad de un toro bravo, y las marchas caen de dos en dos –literal– gracias al Tiptronic de ocho velocidades, que actúa de forma suave pero extremadamente rápida y eficaz. Sólo falta que las curvas pongan a prueba la nueva arquitectura de suspensiones, en esta zona el S5 se muestra como una máquina que traza con la precisión de un cirujano, sin hacer el menor extraño salvo que lo forcemos nosotros mismo para descubrir sus reacciones al límite. En situaciones extremas ocurre lo previsible, al límite es el tren trasero el que cobra protagonismo al recibir gran parte de la potencia gracias al sistema quattro y es entonces cuando nuestra templanza nos ayuda a salvar la situación mediante el acelerador.

Con un precio de partida de 48.950 euros para el TFSi de 150 caballos y de 86.900 para el S5, se trata de uno de los cabrios más equilibrado y divertido de conducir del mercado.

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