En Suzuki quieren que el S-Cross gane protagonismo en el mercado, pues cumple todos los canones de los SUV para convertirse en un coche con buenas cifras de venta. Para ello comercializan este profundo restyling que afecta tanto a la estética como a su mecánica.

El Suzuki S-Cross llegó al mercado en 2013 con la intención de ganarse un hueco en el mercado de los crossover compactos. Entonces se critíco su imagen, algo impersonal. Pues bien el frontal ha sido completamente remodelado y ahora gana en presencia y agresividad gracias a las nuevas zonas cromadas y a la bonita firma óptica de los nuevos faros de led. La verdad es que las modificaciones le han sentado de maravilla, así como la posibilidad de optar a cuatro colores nuevos más llamativos.

En la parte posterior la principal novedad es el spoiler colocado en la zona superior del portón, asimismo los pilotos traseros han sido rediseñados para adoptar una imagen más moderna a través de la tecnología LED.

Los plásticos del interior son más blandos y agradables al tacto y el sistema multimedia mejora la conectividad con dispositivos móviles

Si bien se mantiene la longitud de 4,30 metros, el coche es ahora 20 milíemtros más ancho y 10 más alto, alcanzando una altura libre de 18 centímetros y una alto de carrocería de 1,58 metros. Cambios todos ellos muy positivos y que le aportan una imagen más contundente. Dentro del habitáculo encontramos nuevos materiales de mayor calidad, nuevos tapizados y un sistema multimedia de última generación con pantalla táctil de siete pulgadas y función MirrorLink con Apple CarPlay y Android Auto. El funcionamiento de la pantalla táctil es ahora más sencillo y preciso.

En el apartado mecánico encontramos las novedades más trascendentes, que llegan de la mano de dos nuevas motorizaciones gasolina englobadas bajo la denominación Boosterjet. Ambos propulsores se suman a la moda del downsizing con pequeñas cilindradas y la ayuda del turbo. El primero, de 1.0 litro y tres cilindros, entrega 111 caballos de potencia, mientras que el segundo, un 1.4 de cuatro cilindros, rinde 140 caballos de potencia. Este último puede combinarse con la tracción integral ALLGRIP, mientras que las dos opciones están disponibles con transmisión automática con levas o manual.

El nuevo S-Cross también se ofrece con un motor Diesel DDiS de 1.6 litros y 120 caballos de potencia. En este caso, también se puede optar por la tracción 4X4 y por una caja de cambios manual de seis velocidades o una automática de doble embrague. En todos los casos se mejoran los consumos y la eficiencia del conjunto.

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Durante nuestra toma de contacto nos encantó el comportamiento del motor gasolina de acceso. Se trata de un 1.0 turbo que destaca por un comportamiento fino y suave pero muy alegre en su empuje, especialmente en la zona media y alta de aprovechamiento. sin duda una opción a tener muy en cuenta ante el actual ascenso de la demanda de motores gasolina de bajo consumo, cifra de los más contenida en este propulsor, pues homologa un consumo ponderado de sólo 5,0 litros a los 100.

También nos ha llamado la atención el comportamiento del nuevo cambio automático de doble embrague TCSS disponible para el propulsor Diesel de 120 caballos, con un funcionamiento sencillamente brillante por su suavidad en las transiciones y por su capacidad para engranar siempre la marcha que necesitamos sin tirones ni dudas. En conjunto, las sensaciones dinámicas han mejorado también con ligeros cambios en dirección y en el tren delantero que hacen que el S-Cross sea ahora más preciso en su comportamiento sin perder un ápice de comodidad, algo que detectamos en menores rebotes e inclinaciones de la carrocería al paso por curva.

Está ya disponible en los concesionarios con una gama de precios entres 19.235 euros y 28.985 euros, si bien al aplaicar la campaña mensual y el descuento por financiación la horquilla queda entre 15.435 y 25.185 euros.

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