Circulamos por la espectacular carretera que rodea el PicoChapman, en Sudáfrica, rodeada de montañas por un lado y acantilados que sehunden en un mar infestado de tiburones por el otro. Nos separan más de 12.000kilómetros de Goodwood, Inglaterra, donde se encuentra la sede de Rolls-Royce,sin embargo el nuevo Rolls-Royce Dawn, tercer descapotable que presenta lamarca en 45 años, se siente como en casa -y no solo porque aquí también seconduce por el lado equivocado de la carretera-. Y es que el nuevo modelo de lafirma británica nació –o amaneció, como bien indica su nombre- para saborearmomentos así, viajando a velocidades moderadas por este tipo de paisajesacompañados por un tiempo que invita a conducir descapotados.

No. Serás. Hipnotizado.

Bajo esta situación intensamente romántica, hay que recordarque hemos venido hasta aquí para examinar con lupa un vehículo extraordinariamentecaro y de gran importancia para Rolls-Royce, que lo califica como el modelo mássexy de su historia. La firma británica lo ha concebido para todos aquellossibaritas que encuentran a su hermano de plataforma, el coupé Wraith, y tambiéna su inmediato competidor, el Bentley Continental GT Convertible, demasiadoasequibles y "mundanos". Pero nosotros no debemos sucumbir tan fácilmente, pesea que intente hipnotizarnos a través del embriagador aroma de su tapicería–colornaranja mandarina en nuestra unidad de pruebas-, o el suave andar de marcha quenos mece mientras descansamos en sus asientos celestiales.

Momentos antes, en uno de los pintorescos barrios situadosal este de Ciudad del Cabo, pudimos examinar con detenimiento el V12 Twin-Turbode 6,6 litros que da vida al Dawn. Arroja 571 caballos de potencia a 5250 revolucionespor minuto y entrega 780 Newton metro de par máximo a tan solo 1500 vueltas. Equipala misma caja automática de ocho velocidades que el Wraith, que ayudada del GPSselecciona los engranajes más idóneos para circular con la máxima suavidad entodo momento, anticipándose a cualquier terreno o situación, como una colina otráfico más lento. Por supuesto, el Dawn no ofrece un modo de conducciónmanual. No es ese tipo de coche.

Rolls-Royce afirma que el Dawn puede alcanzar los 100kilómetros por hora en 4,9 segundos, apenas unas décimas más de las quenecesita el Wraight con 624 caballos de potencia (que según estimaciones de lamarca pesa alrededor de 120 kilos menos). Nosotros pensamos que puede ser másrápido, sin embargo esos 4,9 segundos dejan de tener importancia cuandopensamos en el silencio imperturbable con el que logra alcanzar la velocidad. Seguroque si intentamos afinar el oído podremos escuchar mejor el tono del V12, sinembargo, el tenue sonido que producen los escapes no es de esos que incitan a pisarmás a fondo el acelerador.

El ballet silencioso

Al elevar su capota realizada con seis capas de costurasfrancesas te encontrarás en la difícil tesitura de no saber diferenciar entreel techo duro del Wraith y la cubierta de tela del Dawn. El llamado "balletsilencioso", o lo que es lo mismo, plegar o desplegar el techo, requiere solo22 segundos, durante los cuales no se aprecia absolutamente ningún sonido. Unindicador de color verde advierte al encenderse –aproximadamente a la mitad delproceso- que puede continuarse la tarea con el coche en movimiento, siempre ycuando no se sobrepasen los 50 kilómetros por hora. Por desgracia, no tuvimosocasión de comprobar el golpeteo de las gotas de lluvia contra el techo delDawn, algo que despierta pasiones entre los más románticos, aunque si lohubiéramos hecho quizás habríamos necesitado algún dispositivo para ampliar laescucha, al más puro estilo 007. No cabe duda de que la parte superior estáperfectamente sellada.

Aunque el volante de aro fino guarda cierto parecido con losde los autobuses, afortunadamente la conducción no tiene nada que ver. La carroceríade acero del Dawn se inclina en las curvas más difíciles, aunque aguanta más delo que cabría esperar y responde a los movimientos del volante con notableprecisión. Dicho esto, el alto precio que hay que desembolsar por el Dawn no senos ha quitado de la cabeza cuando tratábamos de entrar más fuerte de la cuentaen las curvas, provocando que levantáramos el pie casi por arte de magia. En unpunto particular de nuestro tramo, cuando circulábamos solos entre lasmontañas, pudimos ver los 220 kilómetros por hora en el marcador, algo que conla capota bajada puede llegar a ser molesto. De cualquier forma, la velocidadpunta limitada a 250 kilómetros por hora tampoco invita a correr, y nosotros noquisiéramos ir más rápido.

De hecho el Dawn es una bella criatura que se disfruta máscuando el indicador de 'reserva de potencia' permanece cercano al cien porcien. Las velocidades más lentas permiten hasta a cuatro pasajeros deleitarsedel viaje y el suntuoso interior sin la distracción de un paisaje borroso.Ningún fabricante de automóviles ofrece tanto placer como lo hace Rolls-Royce,y el Dawn no es la excepción, ofreciendo todo lo que amamos en los demásmodelos del fabricante, incluyendo una piel increíblemente suave, un ajusteperfecto del aluminio y la madera y un exquisito nivel de sonido a través delsistema de audio. Es un coche diseñado para ayudar a la clase ociosa a realizarociosamente sus actividades de ocio, ya sea para echar por tierra el curso degolf o la hora del té, o serpentear a lo largo de una idílica carretera como laque surca el Pico Chapman. Ahora, si nos disculpas, tenemos que volver al 'trabajo'.

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