En pocos días se empiezan a entregar las primeras unidades de este original e innovador Citroën que se fabrica en exclusiva en la factoría de Villaverde (Madrid) para todo el mundo. Un vehículo difícil de clasificar porque mide poco más que un urbano pero no lo es; tiene aspecto de pequeño todocamino pero tampoco lo es; podría ser un familiar compacto, pero no es eso. En realidad es una mezcla de todos ellos sin parecerse a ninguno. Mide 4,15 metros de largo y su altura libre al suelo es de casi 21 centímetros, superior a la de muchos 4x4, pero no tiene ni tendrá tracción total. Sus formas rotundas y lisas se rompen con sus innovadores Airbump, las protecciones plásticas formadas por burbujas blandas y deformables que protegen el contorno del Cactus y que están disponibles en cuatro colores: blanco, marrón, negro y gris.

En el interior, el Citroën C4 Cactus vuelve a sorprendernos con una estética retro-futurista. El diseño se inspira en modelos de hace años, con asientos delanteros grandes, que en el caso de llevar cambio automático, simulan ser un sofá corrido de una sola pieza. El salpicadero recuerda a las maletas y baúles antiguos; el airbag frontal del acompañante se ha situado en el techo para poder despejar esa zona del salpicadero y ofrecer una gran guantera. Los tiradores de las puertas también recuerdan a las asas de las maletas, pero dos pantallas detrás del volante y en la parte central del salpicadero nos dejan claro su vocación tecnológica. La información para el conductor se muestra detrás del volante en una sencilla pantalla que no lleva ni temperatura de agua ni cuentavueltas. En la gran pantalla central se agrupan la climatización, equipo de sonido, teléfono, navegador y todas las aplicaciones que se pueden ir añadiendo. Un sistema muy vistoso pero que exige atención y varios movimientos para, por ejemplo, cambiar la temperatura o buscar una emisora de radio, aunque algunas operaciones se pueden realizar desde los controles del volante.

En el Cactus todo se ha diseñado buscando la máxima funcionalidad y para reducir peso. Así el asiento trasero no se divide en partes, las ventanillas posteriores no descienden, sólo se abren a compás, y el gran techo solar no tiene cortinilla ya que, según los técnicos de Citroën, filtra perfectamente la radiación solar y evita el calentamiento del habitáculo. La utilización de aluminio en el capó y de otras soluciones han permitido rebajar el peso 200 kilogramos. La plataforma empleada es la del C3 pero ampliada, sin llegar a las dimensiones del C4 Elysée, una base que también se emplea en otros modelos de Citroën y Peugeot.

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Los motores disponibles en España son tres: un gasolina tricilíndrico 1.2 VTi de 82 caballos y dos Diesel, con 1.6 HDI de 92 y 100 caballos. El más potente se denomina BlueHDI y utiliza un catalizador específico antes del filtro de partículas que utiliza un aditivo para reducir los óxidos de nitrógeno; este aditivo se encuentra en un depósito adicional que no debe manipular el usuario. Este motor cumple la normativa Euro 6 y consigue un consumo de sólo 3,4 litros a los 100 kilómetros. También existe una variante del gasolina de tres cilindros pero con 110 caballos que todavía no está claro si llegará a comercializarse en España. Todos llevan cambio manual de cinco velocidades, pero el Diesel de 92 caballos sólo se vende con el cambio automático robotizado ETG, también de cinco relaciones, y que no utiliza la tradicional palanca, sino unos pulsadores en la consola central.

Aunque en el C4 Cactus se ha buscado aligerar peso y ajustar el precio, no transmite la sensación de ser un coche barato o mal rematado, más bien al contrario. En el aspecto que resulta menos refinado es en la insonorización y el aislamiento de las vibraciones del motor, algo que sin llegar a ser incómodo se hace más apreciable que en muchos modelos de la competencia, más en el Diesel de 92 caballos que en el gasolina tricilíndrico.

El C4 Cactus está a la venta en tres posibles niveles de acabado, con cuatro posibles colores para el interior que se combinan con los 10 colores de carrocería, cuatro de los Airbump y un buen número de llantas de aleación en medidas de 15, 16 y 17 pulgadas, lo que da lugar a infinidad de combinaciones que hacen posible configurarse un Cactus casi 'único'. Los precios arrancan en los 14.750 euros del gasolina en acabado Live y llegan hasta los 20.450 del Diesel de 92 caballos en el acabado más completo.

citroën c4 cactus   vista lateral trasera