Apenas acaba de aterrizar en nuestro mercado el novísimo Q2 cuando el fabricante germano ha presentado durante el Salón de Detroit el SUV gigante Q8, del que damos cumplida información en este número. Algo tiene este segmento que nos está volviendo locos a todos, compradores, y fabricantes. La receta es sencilla; como por debajo del Q3 aún había hueco para un SUV de menor tamaño–mide 20 centímetros menos–, Audi dio luz verde hace un par de años al desarrollo de un mini SUV con fuerte vocación urbana pero que permite una configuración off road muy destacable gracias a la tracción integral y a futuros kit de estética ‘campestre’ que a buen seguro llegarán a corto plazo. El Q2 es el primer acercamiento del grupo germano a este segmento de SUV urbanos, que en breve tendrá continuación en modelos como el Seat Arona, el VW Crosspolo y algún otro que desconocemos por ahora. Lo curioso es que, pese a ser considerablemente más corto que el Q3, es capaz de igualar sino mejorar en determinadas cotas al modelo fabricado en Martorell.

Frente al Q2, el Mercedes GLA, un vehículo que gracias a su veteranía en el mercado ha logrado superar alguno de sus pecados de juventud, como fue un diseño demasiado ‘discreto’ que la gente no identificaba como ‘de SUV’, lo que obligó a la marca de la estrella a comercializar una evolución estética más aventurera e incluso la opción del 4x4 de la que dispone esta unidad de pruebas y que eleva la altura de la carrocería en 30 milímetros, lo que en algún momento lo hace ‘artificialmente’ alto. Esperamos que el Audi no caiga en este mismo error, pues para nuestro gusto la imagen del nuevo Q2 es demasiado ‘de asfalto’, pese a tener cualidades mecánicas para poder defenderse fuera de carretera como la tracción integral o la altura de la carrocería, superior a la del Mercedes.

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Con el sello de Audi

Entrar al Q2 es acceder al universo Audi en lo referente a calidad y ergonomía pero en tamaño urbano. Los acabados son excelentes y las posibilidades de personalización mediante molduras o con elementos tecnológicos como el Virtual Cockpit son equivalentes a las de modelos como el A4; sin duda toda una declaración de intenciones. El GLA propone un habitáculo sólo ligeramente mayor en cotas y algo veterano dado que fue lanzado en 2013 y ya se sabe que en 2017 verá la luz una evolución de este modelo. De hecho, determinadas zonas del habitáculo ofrecen plásticos que no son propios de la marca.

Mecánicamente ambos coinciden con un planteamiento similar que recurre como tope de gama a sendos motores turbodiésel, aunque con 13 caballos más en el caso del Audi –190 frente a 177–. Los bloques se acompañan por tracciones integrales que en los dos casos disponen de diferenciales multidisco, que en condiciones normales mandan toda la potencia al eje delantero pero en situaciones especiales pueden enviar el 50% a los gomas traseras de forma instantánea.

Pese a medir 22 centímetros menos, el Q2 iguala al GLA en espacio interior

Los dos disponen también de un selector de modos de conducción con cinco funciones que nos permiten escoger configuración mecánica de bajo consumo, deportiva, personalizable, para pistas… afectando además a la firmeza de la suspensión si tenemos la amortiguación regulable, que cuesta 500 euros en el Audi y 1.400 euros en el Mercedes. De hecho recomendamos esta opción si queremos sacar partido de las distintas configuraciones dinámicas que nos ofrecen, pues de lo contrario las diferencias son mínimas.

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Cifras parejas

Con un peso casi calcado, la diferencia de potencia a favor del Q2 se deja notar ligeramente, pero sobre todo se siente el superior refinamiento de su motor y la mayor rapidez y suavidad en el funcionamiento de su cambio de doble embrague, que en los dos casos es de siete velocidades.

Sobre el asfalto, el Mercedes vence en comodidad si hablamos de viajar en autopista; su mayor tamaño le permite absorber mejor las irregularidades del asfalto y ser más progresivo en sus reacciones. El Q2, por su parte, resulta más ágil y nervioso; su mayor longitud y la reducida distancia entre ejes son responsables de esto, junto con sus generosos neumáticos con llanta de 18 pulgadas de serie. Esta peculiaridad se torna virtud en recorridos de montaña, donde se muestra extremadamente fiel en las trazadas y muy diligente en los cambios de apoyo, con un límite de adherencia realmente alejado y con la salvaguarda que suponen su tracción integral y su eficaz ESP.