Dicen que el dinero llama al dinero y que el lujo sigue siendo muy rentable aun en época de crisis económica, así que no es de extrañar que, en este final de año, los fabricantes de automóviles lo den todo en el segmento de los compactos de alta gama. A la llegada del nuevo Golf hay que añadir la variante tres puertas del BMW Serie 1 y, cómo no, el aterrizaje de la esperada tercera generación del Audi A3.

En este de por sí competido nicho dominado por los alemanes, se suman ahora dos marcas ausentes hasta el momento, como son Mercedes y Volvo. Por un lado, la también germana Clase A rompe moldes con un diseño más deportivo respecto a su antecesor de concepción monovolumen; por otro, el sueco de capital chino V40 apuesta por incorporar múltiples soluciones técnicas como un avanzado airbag que protege a los peatones en caso de atropello o el sistema de frenada de emergencia City Safety, que se activa por debajo de 30 kilómetros/hora al detectar un obstáculo.

Lo que está claro es que todos estos automóviles de alrededor de 4,30 metros de largo incorporan soluciones transplantadas directamente de sus hermanos de gama más grandes y costosos. Hay que vender coches... e imagen de marca. La guerra no ha hecho nada más que empezar.

Tire, Wheel, Motor vehicle, Mode of transport, Automotive design, Vehicle, Land vehicle, Vehicle registration plate, Automotive tail & brake light, Property, pinterest



Metro en mano
Entre el más corto –Audi– y el más largo –Volvo– existen 13 centímetros de diferencia. A priori, esto significaría mayor ‘capacidad familiar’ en el V40, pero no. Por ejemplo, el que tiene el maletero más capaz es el A3 con 365 litros frente a los 335 del Volvo mientras que el Mercedes se sitúa en una posición intermedia –341 litros–.

Si hablamos de espacio real, tanto Audi como Mercedes son casi estrictos cuatro plazas: en el primero, el acceso está limitado por la ausencia de puertas traseras y el voluminoso túnel de la transmisión elimina de inmediato el espacio para alojar un tercer ocupante, aunque los dos que caben viajarán extraordinariamente bien, habiendo hecho antes algo de contorsionismo para entrar y salir de las mismas. Al segundo le ocurre algo parecido, pero no de forma tan llamativa, puesto que al ser un cinco puertas, mejora en este campo y, en función del tipo de asientos delantero y trasero que se empleen –nuestra unidad montaba unos que similaban ser bacquets–, lograremos unos centímetros extra para las piernas.

Los programas 'Eco' disponibles ayudan a bajar el gasto de carburante hasta medias de cinco litros

En el caso del Volvo y a pesar de ser tres centímetros más ancho que el Audi y dos más que el Mercedes, también surgen ciertas estrecheces en la zona posterior, ideales en teoría para tres personas adultas pero habitables en la práctica por sólo dos... y, en todo caso, un niño. El motivo viene impuesto por su atractiva carrocería, en la que se han adaptado con verdadero éxito las bonitas curvas de la ranchera V60 a una escala inferior.

Motor vehicle, Mode of transport, Automotive design, Vehicle, Land vehicle, Grille, Car, Transport, Mercedes-benz, Vehicle registration plate, pinterest



Puesta a punto
El Mercedes es el que ha supuesto toda una revolución en el segmento dadas las dos anteriores generaciones en formato monovolumen que estuvieron a la venta desde 2001 –el Clase A se desdobló después en el B, más grande y, por consiguiente, más capacitado–. Ni rastro de aquella estampa.

El nuevo, al ser un compacto, es de menor altura, se han eliminado las inercias típicas de una carrocería más alta y la suspensión es tan cómoda que ‘devora’ las imperfecciones viarias al instante. Lo malo es que arroja en la báscula 1.445 kilogramos de peso, casi 100 más que Audi y Volvo. Sin embargo, en autopistas y autovías no se aprecia el exceso de kilos hasta que afrontamos las primeras curvas; ahí se manifiesta cierta tendencia subviradora.

El Volvo demuestra que la carretera es el terreno en el que mejor se desenvuelve dado el confort que aporta; es un gran corredor de fondo. La única pega dinámica procede de su radio de giro reducido, que restringe su uso en garajes y en calles estrechas, en las que será frecuente hacer maniobras.

El Audi se distancia de ellos con su vocación ligeramente más sport y no sólo por el aspecto que aporta su carrocería tres puertas. La puesta a punto del chasis es la más ‘dura’ del grupo y, junto con el puesto de conducción –bajo y deportivo–, nos sentiremos bien tratados.

¡Menudos consumos los de estos Diesel!
El Audi A3 incorpora en esta ocasión el conocido 2.0 litros turbodiésel con la potencia incrementada desde los 143 hasta los 150 caballos. Es el más silencioso del trío y el que mejor se adapta a una conducción relajada al apoyarnos en el modo Efficiency seleccionable a través del Drive Select, un programa que modifica diversos parámetros para moderar el consumo –también está el Dynamic que repercute en mejores prestaciones–. Encajados y sentandos en su perfecto asiento, disfrutamos de la carretera sin preocuparnos por nada, mientras que nos deleitamos con la elevada calidad de fabricación del coche.

Los propulsores Mercedes y Volvo, en cambio, son más ruidosos, con pequeñas vibraciones que se transmiten al habitáculo. El V40 D3, con sus 150 caballos, demuestra tener más temperamento que sus ‘enemigos’, con una salida que nos hace pensar que, por momentos, tenemos más caballos bajo el pedal del acelerador. Esto es debido al mayor par disponible que se entrega a partir de las 1.500 vueltas, antes que nadie.

El del Mercedes, un 1.8 con 14 caballos menos –136 caballos–, es el más perezoso del grupo, al que no favorece un peso mayor y unas exageradas ruedas opcionales GoodYear Eagle F1 Asymmetric 2 en medida 225/40 de 18 pulgadas, idénticas por dimensiones a las que montan sus rivales más potentes.

De serie montan idénticos neumáticos 205/55 R16 aunque opcionalmente dan el salto a los 225/40 R18

Los tres están disponibles con cajas de cambio manuales de seis velocidades de serie que cumplen de sobra, si bien Mercedes equipa el rápido 7G-DCT de doble embrague con levas en el volante –casi 2.500 euros–, mientras que el Volvo se decanta por un automático tradicional de seis relaciones –2.049 euros– sin opción de levas, más lento de actuación y con el que se logran peores cifras de consumo. Audi ofrece el S-Tronic también de doble embrague por 2.100 euros, si bien por tacto, situación y recorridos de la palanca del manual, podemos ahorrárnoslos o destinar esos euros en opciones del catálogo disponible.

Peligro de derroche
¿Has visto el precio de acceso en las fichas técnicas –Audi: 26.640 euros; Mercedes: 29.220 euros; Volvo: 26.609 euros–? Corresponden a las versiones de acceso de cada uno de ellos. ‘Peladas’ no vienen, aunque hacerlas al gusto conlleva un desembolso extra bastante peligroso. Por ejemplo, el Mercedes de las fotos lleva incluidos más de 6.000 euros en extras, como las llantas de aleación –143 euros–, los faros antiniebla redondos –204 euros–, la cámara de marcha atrás –290 euros–, el cambio automático de doble embrague 7G-DCT –2.422,42 euros– o el sistema de navegación simple NAVIBOX –720 euros–. A la zaga no se quedan el Volvo, que cuenta con múltiples paquetes, o el Audi, que se equipa con sistemas multimedia y de asistencia a la conducción, entre otros.

Motor vehicle, Mode of transport, Automotive design, Automotive mirror, Vehicle, Land vehicle, Car, Vehicle registration plate, Automotive exterior, Road,