Según Skoda, el Superb es una berlina hecha para los que entienden de coches; así lo repitieron varias veces los responsables de la marca durante la presentación del modelo en La Toscana italiana. Más allá de la insistencia de los mismos para que nos queda claro el objetivo a alcanzar, lo cierto es que tras haberlo conducido y analizado en profundidad, podemos decir que el nuevo Superb es un 'enano' que le ha crecido a su primo Volkswagen Passat. Más asequible que el modelo alemán si tenemos en cuenta todas las promociones disponibles para ambos (el precio inicial del checo parte de 24.800 euros por los 26.900 euros del germano), los dos están fabricados sobre la plataforma modular MQB del grupo y cuentan con motorizaciones idénticas y asistentes a la conducción comunes como la salida de carril, el freno multicolisión, el control de crucero adaptativo o el detector de ángulo muerto, entre otros.

Más allá del origen compartido necesario para la contención de gastos, lo cierto es que la imagen que transmite el Superb en esta tercera generación atraerá a más de un posible comprador del VW Passat. Si al atractivo diseño inspirado en el conceptVision C se une la terminación Laurin&Klement, la superior, la sensación de calidad que tanto se ha buscado con elementos como faros y pilotos de iluminación integral led, llantas multirradio de 18 pulgadas y cuero en asientos pueden variar la decisión de un cliente, ahora incluso que no va a ser homologado para taxi (su principal mercado son las flotas). Precisamente por esto mismo, para encandilarnos, la práctica totalidad de unidades puestas a nuestra disposición para conducir vienen con este nivel, el más alto, aunque hay otros más asequibles: los Active, Ambition y Style, que serán al final los más vendidos (el modelo de volumen previsto es el 2.0 TDI 150 caballos Ambition, que sale por 29.620 euros).

Es el primer Skoda con el DCC que modifica el chasis en función de cinco modos: Eco, Sport, Comfort, Normal y Personal

Para la toma de contacto nos decantamos por el único gasolina ofrecido hasta el momento, el 1.4 TSI de 150 caballos con desconexión de cilindros (24.800 euros), y los turbodiésel 2.0 TDI con 150 caballos manual (poco más de 26.000 euros) y 190 caballos con tracción integral y DSG (cerca de 36.500 euros).

El primero de ellos es tremendamente suave y elástico en toda su franja de utilización, entre 1.500 y 3.000 revoluciones, margen en el que se ofrecen al máximo los 250 Newton/metro de par. No obstante, en los adelantamientos y en carretera de montaña hay que acudir al cambio para conseguir esa 'alegría' necesaria para sortear los inconvenientes. El consumo homologado de 4,8 litros es difícil de registrar, pero sí es posible alcanzar medias de 5,5 ó 6,0 litros, con algún acelerón de por medio. Sin duda, a velocidad de crucero y en autopistas y autovías, la desconexión de cilindros ayuda a reducir el gasto de forma notoria (el ahorro estimado es de 0,5 litros cuando los cilindros dos y tres se desacoplan para que sólo trabajen los otros restantes). La entrada en funcionamiento de este sistema ha evolucionado de tal forma que es casi imperceptible sentir cuándo el bloque trabaja con dos cilindros o con cuatro; un levísimo tironcillo y un mensaje en el cuadro de mandos son los dos únicos chivatos que nos ayudan.

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En lo que respecta a los turbodiésel, la caja manual de seis relaciones del 150 caballos nos ha dejado un buen sabor de boca por el perfecto escalonamiento que tiene, aunque el DSG del 190 es imbatible por comodidad y rapidez en la transición entre marchas. El mayor par (340 Newton/metro entre 1.750 y 3.000 vueltas) y un consumo real de 5,0 litros (oficial es de 4,0) hacen al 150 perfecto para los que viajen con frecuencia. En el caso de optar por el 4x4 del 190 caballos (6,0 litros reales a los 100), usa un embrague Haldex de quinta generación como el que monta el Scout, funcionando normalmente como un tracción delantera hasta que se detectan pérdidas de motricidad y envía el par necesario al eje posterior.

Pero más allá de la mecánica elegida y el tipo de transmisión, el Superb es muy confortable incluso cuando el asfalto está roto y se equipan neumáticos de grandes dimensiones. Además, el aislamiento acústico y aerodinámico del habitáculo es sensacional, alzándose como uno de los más silenciosos del segmento.

A final de año, llega el Superb Greenline, que necesita sólo 3,7 litros para recorrer 100 kilómetros

Donde el Superb no encuentra rival es en las soluciones de vida a bordo que ofrece en función del acabado, denominadas Simply Clever y extendidas en toda la gama Skoda, desde el pequeño Citigo hasta el Octavia. Al ser el vehículo representacional del fabricante, cuenta con 29 de estas ideas, el que más, como dos paraguas que van escondidos en las puertas delanteras a imagen y semejanza de los Rolls-Royce, el típico porta tickets del parabrisas, la rasqueta para los cristales colocada en el tapón del depósito de combustible, unos soportes para colocar tablets en los reposacabezas, unas pequeñas papeleras en las guanteras de las puertas, la apertura eléctrica del portón del maletero con pasar el pie por debajo del parachoques, unos ganchos en forma de L para sujetar las maletas, una linterna led con imanes que se pega a cualquier parte metálica del vehículo...

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Tampoco hay muchos vehículos que ofrezcan unas plazas traseras con tanto espacio para las piernas y una cota de altura sobresaliente para pasajeros de hasta 2,0 metros, por no hablar del magnífico maletero de 625 litros, al que se accede a través de un portón, detalle marca de la casa, que facilita la carga y descarga de la compra o el equipaje. Aunque no debemos olvidarnos que todo esto es posible en este turismo porque mide 4,86 metros de largo, nueve centímetros más que el VW Passat... o siete menos que un Audi A6.

skoda superb iv