Un matrimonio sexagenario y un chófer de Uber octogenario, han protagonizado un accidente fatal en Florida, Estados Unidos esta semana. Según apuntan distintos testigos y según recoge también el informe policial, Roger Wittenberns de 60 años y su compañera sentimental, Patty Ann McQuiggin (61), venían de tomar unas copas conduciendo él su Lamborghini Murcielago amarillo y ella su Porsche 911 Cabrio de última generación e idéntico color.

Al parecer, la pareja entró en un absurdo 'pique' y terminaron midiendo la velocidad de sus deportivos en las calles de la ciudad. En su irresponsable carrera, ambos se saltaron un stop y la tragedia quiso que J. Gerald Smith, chófer de Uber a sus 82 años de edad apareciera se cruzara en su camino al volante de su Buick Enclave. El impacto fue inevitable y lo suficientemente grave como para expulsar Wittenberns del Lamborghini y dejar Smith en un estado crítico. En anciano falleció poco después en el hospital de la localidad donde también quedó ingesado el conductor del Murcielago. En cambio, su novia dejó aparcado el 911, cuyos daños eran menores, en el parking de un restaurante y se dio a la fuga.

La policía detuvo a la mujer al día siguiente, tras tomar declaración a Wittenberns en el hospital. Desde su cama, él les confesó que habían estado bebiendo antes de salir a 'pasear' con sus coches por lo que la resolución del caso parece inminente. De todos modos, los agentes tomaron declaración a Patty Ann McQuiggin horas después y también a diferentes testigos por lo que la investigación aún continúa abierta. La pareja podría ser condenada a una buena temporada en prisión.

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Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.