Porsche ha cesado la fabricación de su súper deportivo 918 Spyder. Pero todavía quedaba algún ejemplar por entregar de los 918 ensamblados. El más reciente que ha acudido a la factoría de Zuffenhausen a llevarse el suyo es el expiloto de Fórmula 1 australiano Mark Webber, actualmente conductor de Porsche en el Mundial de Resistencia -WEC, por sus siglas en inglés- de la FIA. A él ya lo vimos al volante de este modelo el año pasado y muy bien acompañado.
La unidad recién salida de las cadenas de montaje -podéis ver el proceso de ensamblaje en este artículo- está equipada con el paquete opcional Weissach de accesorios. Costaba 71.400 euros y contenía llantas específicas más ligeras y diversos apéndices aerodinámicos de fibra de carbono como salientes en los paragolpes. El mismo material adorna los pilares A, las carcasas de los retrovisores, el techo y el alerón posterior. Ese coste había que añadirlo a los más de 760.000 euros por los que se vendía el 918 en su acabado "básico".
El 918 de Webber está pintado de Rojo Guardia en el exterior y posee una decoración exclusiva con motivos blancos que discurren desde los faros delanteros hasta las aletas traseras y el borde de la cubierta del motor. El australiano ha preferido, en cambio, diseñar un interior mucho más discreto, con tapicería de piel negra tan solo contrastada por las costuras blancas.
Nada más montarse en él en Zuffenhausen, Webber no dudó en hacerle el rodaje nada menos que en el circuito alemán de Nürburgring. El escenario guarda un vínculo especial con el 918: el modelo de Porsche registró allí una vuelta en 6:57, hace dos años el mejor tiempo de un coche de producción en serie. A Webber le sirvió también de entrenamiento, pues este fin de semana corrió allí las 6 horas de Nürburgring, una de las pruebas del WEC.
