Las autopistas radiales de la comunidad de Madrid se encuentran en una situación límite debido a su escaso tráfico. Recientemente, las vías R3 y R5 han sido condenadas a cierre por el Juzgado de lo Mercantil número 6 y si nada lo remedia, el próximo 1 de octubre de 2016 dejarán de estar operativas.
Terminará así una agonía que se alarga desde febrero de 2004, cuando estas autopistas radiales de peaje fueron inauguradas con la intención de facilitar la entrada y salida de la comunidad de Madrid. En el caso de las R3 y R5, que cubren los trayectos Madrid - Arganda y Madrid - Navalcarnero, respectivamente, nunca lograron captar ni el 30% del tráfico estimado. Por donde tenían que haber circulado unos 70.000 vehículos diarios, lo han hecho unos 19.000 y la situación fue especialmente dantesca en los años de la crisis económica.
Según el Ministerio de Fomento, en el mes de marzo, la Intensidad Media Diaria (IMD) en la R3 fue de 11.250 vehículos, mientras que en la R5 aumentó a 7.751. En decir, para alcanzar las cifras iniciales se debería multiplicar casi por cuatro el volumen de tráfico actual, algo del todo improbable.
El Ministerio de Fomento ha recurrido ante la Audiencia Provincial y el Tribunal Supremo la decisión del Juzgado de lo Mercantil de dar luz verde a la liquidación de las autopistas citadas y también de la circunvalación de Alicante. El asunto ha quedado así "paralizado" aunque de forma momentánea a la espera también de que un nuevo ejecutivo tome las riendas.
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