Porsche se enfrenta a una segunda demanda por homicidio imprudente relativa a la muerte de Paul Walker en noviembre de 2013. Su hija, Meadow Walker, la presentó este lunes en un juzgado de Los Ángeles. En ella acusa al fabricante alemán por haber cicateado con la seguridad activa y pasiva del Carrera GT con el que se accidentó y que, de haber sido la adecuada, habría podido prevenirlo o mantener a su padre con vida durante más tiempo.

Meadow señala en la demanda que Porsche era consciente de los defectos de estabilidad y maniobrabilidad del modelo. Además, el diseño de los cinturones de seguridad provocó tal sacudida hacia atrás en el torso de Paul Walker que fracturó sus costillas y su pelvis y lo aprisionó en el asiento del acompañante dificultando su salida o rescate.

La primera demanda la interpuso en mayo de 2014 la viuda del conductor del Carrera GT y amigo de Walker, Roger Rodas. Kristine Rodas la llevó al Tribunal Superior del condado de Los Ángeles y achacó a un fallo en la suspensión del deportivo la pérdida de control y el posterior choque contra una farola que derivó en una explosión. A pesar de estos argumentos y de asegurar que Rodas conducía a menos velocidad de la que afirmaba la Policía, su resultado no fue favorable para ella.

Porsche obtuvo el respaldo del Sheriff de Los Ángeles y de la Patrulla de Carretera de California al fundar su defensa en que Rodas circulaba a entre 128 y 150 km/h, más del doble de lo permitido. La marca aún no se ha pronunciado acerca de la segunda demanda de la hija de Paul Walker.

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