Si atendemos a lo que opinan más de 9 millones de conductores sí, los fraudes a los seguros son prácticas justificadas con frases como "hay delitos más graves y no se persiguen", "las aseguradoras ganan mucho dinero y cobran muy caro" o "no pasa nada, sólo era un arañazo".
Así lo denuncia hoy el tercer barómetro del Fraude al Seguro que desde hace un tiempo viene realizando Linea Directa. En el mismo, la compañía subraya que estos casos de fraude generan un alto coste tanto para la sociedad como para los propios automovilistas, pues repercute en unos precios más caros a la hora de asegurar cualquier bien.
Por otro lado, el estudio destaca que en los últimos años, marcados por la crisis económica en nuestro país, los casos de fraude a los seguros se han multiplicado. Por ejemplo, en 2014 seis de cada 100 siniestros declarados fueron intentos de fraude detectados mientras, multiplicándose por 3,5 esta cifra en relación a la de 2009.
Sólo en la rama de los seguros de los automóviles, esto ha provocado unos gastos adicionales de 1.1900 millones de euros, casi un 20% más que en los años anteriores y por supuesto, todo este dinero no se va a traducir en pérdidas para las aseguradoras sino en aumento del precio de las pólizas para los asegurados que, por el contrario, cada vez ven con mayor normalidad este tipo de prácticas.
El perfil del defraudador al seguro es el de una persona cada vez más joven, un varón de unos 26 años con estudios universitarios que presume de cometer estos engaños. En general, los hombres confiesan más los fraudes, mientras que las mujeres fingen más lesiones o aumentan la gravedad de las mismas. Por provincias, Cuenca, Murcia y Jaén son las que mayor número de fraudes registran en los dos últimos años, mientras que Soria, Salamanca y Burgos las que menos.
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