Uno de los próximos desafíos a los que se enfrenta el desarrollo de las ayudas a la conducción estriba en incrementar su capacidad de predicción. Fabricantes automovilísticos y empresas independientes investigan métodos para que detecten con mucha más antelación los posibles peligros que pueden producirse en el trayecto.

Google es uno de los actores que ha entrado más recientemente en este campo y lo hace con su propio proyecto. Según explica en esta patente recientemente registrada, su idea consiste en dotar a los vehículos de un sistema de videocomunicación para que avisar a los conductores de qué ocurre más adelante.

Para ello necesitan dos artilugios: una videocámara instalada en el frontal y un transmisor por radar con una antena en la zaga. Cuando el sistema identifica un obstáculo en la carretera -una retención, algo que cruza el asfalto de repente, un objeto que obstruya un carril, etc. -, la cámara se enciende, comienza a grabar e integra en el archivo de vídeo información como su tamaño, a qué distancia está y si se mueve o se mantiene estático.

A continuación, el transmisor se encarga de enviar esas imágenes y esos datos a los coches que circulen cerca del que lo ha detectado. El sistema multimedia de un automóvil serviría, por ejemplo, para reflejar el vídeo. De esta forma, los automovilistas que estén más alejados tendrán al instante el aviso de si deben prepararse para alguna complicación en la ruta.

Google describe la cualidad del invento como la obtención por parte de los conductores de "una visión de rayos x con la que ver más allá de un embotellamiento". También resultará útil al adelantar en vías de un carril por cada sentido y, en particular para esta empresa, a la hora de mejorar sus vehículos no tripulados.