Los Ford Mustang son verdaderos asiduos a las 'drag races' norteamericanas, esas pruebas de aceleración en línea recta que tanto gustan en el país de las barras y estrellas y que a menudo, llevan a sus aficionados a realizar preparaciones realmente salvajes en sus coches.

Bien, pues éste era el caso de nuestro protagonista, un joven que –suponemos– por motivos de presupuesto decidió adquirir un Mustang EcoBoost con motor cuatro cilindros y 2.3 litros que entrega 317 caballos en lugar del más potente, el V8 GT de 5.0 litros y 421 CV. "No problem"–debió pensar– la brecha entre ambos no es nada que un buen sistema de turbocompresión aftermarket y otra serie de 'trampas' no puedan subsanar. Como veréis a continuación, estaba en lo cierto.

Llegó el gran día, el de la puesta de largo de su bólido reformado y en la primera carrera asistimos al duelo determinante: 'Mustang Ecoboost VS. Mustang GT'. Prueba superada. Con un tiempo de 11,09 segundos frente al 11,74 que empleó el V8 en cubrir el cuarto de milla, nuestro protagonista accedía a la siguiente ronda y constataba su 'buena inversión'. Pero claro, tras pasar al corte, tuvo que enfrentarse a otros tantos contrincantes a los que fue superando hasta que de repente, un enorme charco de aceite indicaba que había llegado el final. El final de sus días para el motor 2.3 EcoBoost de este Mustang y es que todo tiene un límite.

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Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.