La gran mayoría de los españoles –un 87%– reconoce que habla por teléfono o maneja el WhatsApp mientras conduce. Este es el preocupante resultado obtenido por una encuesta de Goldcar, que confirma a nuestros smartphones como la principal fuente de distracciones al volante y a esta infracción como la que se comete con mayor frecuencia en nuestras carreteras.

En menor medida, los encuestados reconocieron no extremar la precaución en meteorológicas adversas –un 6%–, no usar el cinturón de seguridad –4 %– o comer y beber al volante –3%–. Estas son las malas conductas al volante que más reconocemos, pero las que más nos irritan son otras. Por ejemplo, el 47% de los conductores denuncia que otros circulan por el carril izquierdo de forma indebida, se aproximan demasiado al vehículo de delante para adelantar –29%– y usan el claxón o las luces de forma indebida, para abroncar a otros conductores.

Pero lo que más cabrea a los conductores son las zonas de aparcamiento restringido, con las que numerosos ayuntamientos cobran por estacionar en la vía pública. El 41% de los conductores las considera innecesarias mientras que los límites de velocidad en autovías y autopistas y las normas de circulación en las rotondas resultan confusos para el 33% y el 20% de los usuarios, respectivamente.

Por último, en el estudio presentado también llama la atención las quejas de los encuestados por la mala gestión del espacio disponible a la hora de aparcar –21%– o la tardanza de algunos conductores a la hora de arrancar en los semáforos en verde –3%–. ¿Serán éstos los mismos que están ocupados con su WhatsApp?

Lettermark
Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.