Una de las señas de identidad del Rally Dakar era la gestión del tiempo. Una forma común de acabar derrotado era ir cediendo horas a cada etapa, llegando tarde al campamento, saliendo más tarde y descansando poco. Era quizás la diferencia a otro tipo de pruebas. Si llegas, puedes continuar.

Por norma general, la organización permitía a cualquier piloto tomar la salida de la siguiente etapa si llegaba antes de que partiera el último piloto con tiempo otorgado. Así pues, si el último participante tenía la salida a las 14:00, si alguien llegaba antes de esa hora, podía continuar en carrera. Siempre han existido excepciones al respecto, como cuando hay que cruzar pasos fronterizos o en época europea, cuando había que tomar el ferry hacia África.

No obstante, esto puede plantear problemas de seguridad en zonas delicadas, como en gran altitud, donde el clima es extremo y el oxígeno escasea. Por este motivo, la organización ha decidido establecer estrictos puntos de control en las etapas, tres, cuatro, cinco y ocho. Si los participantes de motos y quads no llegan a estos puntos en una hora determinada, quedarán automáticamente excluidos de carrera. La organización ha sido clara al respecto, declarando que no quieren que ningún piloto pase la noche en solitario fuera del campamento a tanta altitud.

Desafortunadamente, este límite será especialmente cruel con los motoristas que salgan tarde del campamento, ya que no discrimina el momento de comenzar la etapa, y podría ser incluso determinante para cualquier favorito que tenga un fuerte percance en cualquiera de estas etapas. Aunque en estos casos siempre se dice que la seguridad está por encima de todo y la caravana del Dakar tiene como objetivo evitar a toda costa la mala publicidad que provoca un fallecimiento en competición, no deja de ser chocante como la medida es diametralmente opuesta a la aventura que suponía el hacer noche en el desierto cuando la carrera se ponía complicada.

Así hemos seguido el Dakar 2017 en Car and Driver