Este domingo se disputó en único test previo a la celebración de las 24 horas de Le Mans, una única oportunidad para rodar en el circuito de la Sarthe, cerrado el resto del año al compartir instalaciones permanentes con carretera abierta.
Unos test que sirven para entrar en calor, para que pilotos que nunca han competido sobre los más de 13 kilómetros de trazado hagan sus primeras vueltas cronometradas si bien la coincidencia con otras citas del calendario limita en cierta medida esta participación. Y sin embargo, unos test en los que nadie quiere mostrar su verdadero rendimiento, un test donde las marcas juegan a esconder, temerosas de recibir una modificación de la 'Balance of Performance' que merme su rendimiento respecto al de sus rivales en la que es la cita más importante del año para los fabricantes que aquí compiten.
Así pues, no dejó de resultar llamativo el buen rendimiento de Toyota respecto a Porsche. Si bien se da por sentado que Porsche escondió rendimiento, la pregunta más recurrente era si Toyota lo estaba haciendo o no, y en caso de ser así, hasta donde podría llegar. Kamui Kobayashi logró el mejor tiempo del día a bordo del TS050 al bajar hasta el 3'18''132, más de un segundo más rápido que el 3'19''290 marcado por Sebastian Buemi y más de tres segundos por delante del 3'21''455 que marcó Pechito López a bordo del tercer Toyota.
Earl Bamber selló la mejor vuelta para los Porsche con un tiempo de 3'21''512, a 3,380'' del mejor tiempo de Toyota, una distancia poco creíble entre ambos, por mucho que Toyota haya hecho los deberes para esta edición de Le Mans. Timo Bernhard realizó la mejor vuelta del segundo Porsche, con un tiempo de 3'23''089. En el apartado de vueltas, todos los Toyota rodaron más que los Porsche, lo que unido al tener tres unidades en lugar de dos, le ha dado una mayor información recogida de cara a la carrera. Toyota se marcha del test con 304 vueltas completadas, más de 4.100 kilómetros. Mientras, Porsche completó 156 vueltas, poco más de 2.100 kilómetros, prácticamente la mitad.
La categoría LMP2 estrena una modificación de la reglamentación técnica, con más carga aerodinámica que rápidamente se tradujo en mejores tiempos, si bien el equipo al frente no fue otro que el Signatech Alpine a borodo del Alpine 470, renombrado del Oreca 07 que doblegó al resto de chasis, apareciendo el primer no Oreca, el Ligier JSP217 de United Autosport, en la decimocuarta posición de entre los 25 equipos presentes en estos test.
Nelson Panciatici logró la mejor vuelta del día al bajar al 3'28''146, vuelta que incluso superó la más rápida del LMP1 privado de Colin Kolles y su a priori mucho más potente motor Nissan. La vuelta más rápida de un chasis no Oreca, el Ligier, la completó Filipe Albuquerque con un tiempo de 3'31''907, mientras que el mejor Dallara P217, un chasis con un diseño que recordó mucho a los retirados Audi, lo cual no es de extrañar pues Dallara estaba involucrada en el diseño, la completó Andrea Belicchi con un tiempo de 3'32''567. Desde Estados Unidos y sin apenas descanso tras ganar el sábado en IMSA, Ricky Taylor marcó la mejor vuelta del Riley MK30, con un muy modesto tiempo 3'38''671.
Aunque sin duda, lo más llamativo en la categoría LMP2 fueron las velocidades punta, que avasallaron las de los LMP1. Así mientras Roberto Lacorte con el Dallara marcaba 341,3 kilómetros por hora o Rubens Barrichello se quedaba en 340,2 kilómetros por hora, la velocidad punta de los LMP1 híbridos la marcó Kazuki Nakajima con 330,8 kilómetros por hora por los 327,8 del Porsche de Neel Jani, con el Corvette C7.R como GTE más rápido con una punta de 298 kilómetros por hora, unas diferencias que sin duda enrarecerán la carrera y complicarán el tráfico.
En cuanto a los GTE, el mencionado Chevrolet Corvette C7.R consiguió el mejor tiempo en manos de Oliver Gavin con un 3'54''701 con el que endosó casi tres décimas a los Porsche 911 de Fédéric Makowiecki y Kevin Estre. Antonio García fue el más rápido de su unidad y cuarto más rápido del día con un tiempo de 3'55''064. Nicki Thiim fue el más rápido de los Aston Martin con un tiempo de 3'55''251 mientras en Ferrari la pauta la marcó Davide Rigon con un 3'55''385.
En Ford se esforzaron por repetir la estrategia del despiste que tan bien les funcionó en 2016, tanto, que casi rozaron el ridículo por la obviedad de la maniobra, tanto que consiguieron que los Ferrari, que también jugaron a lo mismo pasaran desapercibidos, con los cuatro Ford GT en las últimas cuatro posiciones, en tiempos de GTE-Am. Richard Westbrook fue el más rápido en 3'57''536 con Billy Johnson marcando el mejor tiempo de su unidad en 3'58''181.
Pedro Lamy marcó la mejor vuelta de entre los GTE-Am, los GTE con normativa 2016, logrando un 3'58''250 a bordo del Aston Martin y superando por apenas media décima al Corvette de Fernando Rees. Matteo Cairoli fue el más rápido con el Porsche 911 del equipo Dempsey rodando en 3'58''449, mientras que Townsend Bell fue el más rápido con un Ferrari 488, rodando en 3'58''599.
Los vehículos no volverán a pista hasta el miércoles 14, cuando se disputarán la primera y única sesión de entrenamientos libres antes de que el sábado a las 15:00 dé comienzo las 24 horas de Le Mans.
Experto en Fórmula 1 y Motorsport, especializado en el mundo de las carreras y la competición a motor, la cual lleva cubriendo más de una década en diferentes medios del sector. Obsesionado de las categorías de formación y desconfiado por naturaleza de todo lo que le cuentan.
