Las órdenes de equipo que Red Bull dio en los últimos compases del GP de Gran Bretaña no deberían bastar para provocar una guerra interna semejante a la que se produjo el año pasado después del accidente de Turquía. Según palabras del mismo Mark Webber, tanto él como su compañero de equipo son libres de competir el uno contra el otro; lo que pasó en Silverstone fue un caso especial.

El piloto australiano se reunió con Christian Horner una vez acabó la carrera en Silverstone para aclarar la situación. "Tuvimos una charla después de la carrera", confirmó Mark. "Christian me dio su punto de vista sobre cómo se llegó a esa situación y por qué tomó esa decisión, y yo le expuse mi punto de vista. Ambos creíamos estar tomando la decisión correcta".

Webber considera que Red Bull sigue tratando por igual a sus pilotos, y así se lo hizo saber su equipo. "Él (Horner) me aseguró que si las cosas hubieran sido al revés también habría tomado esa decisión", dijo el 'aussie' sobre un hipotético caso en el que Vettel lo acechara al término de una carrera. "Si se repite una situación similar, esa sería la decisión más profesional".

Mark decidió ignorar las órdenes de su superior porque se veía capaz de superar a Vettel en pista, pero también porque tuvo en mente las palabras que el mismo Horner pronunció sobre la polémica del GP de Alemania de la pasada temporada. "Por eso que tomé esa decisión", explicó Mark. "Pensaba en pasar a Sebastian. Él no estaba haciendo su mejor stint y el mío era razonablemente bueno".

El piloto de Queanbeyan no se arrepiente de haber ignorado las órdenes de su director de equipo. "Nada ha cambiado en mí. Me siento cómodo con lo que hice en Silverstone".

Webber, que cree que los pilotos de Red Bull "todavía somos libres de competir entre nosotros", destacó la rapidez con que cambian las cosas en la F1 para defender la actitud que mostró en el Reino Unido. "Si Fernando hubiera sido lento en la última vuelta, lo que sería inusual, pero si hubiera sido así... Todo es muy caprichoso", explicó el 'aussie'. "Hay algunas preguntas que debéis plantear a Christian, yo no las puedo responder".

La postura de Red Bull en el pasado Gran Premio no ha hecho cambiar de idea a Mark, que quiere pilotar para los de Milton Keynes en 2012. No obstante, y como él mismo dice, no hay prisa. "Lo de Silverstone tendrá impacto cero en mi contrato", aseguró el australiano, de 34 años de edad. "Todavía debería estar conduciendo en la F1, no tan sólo mi coche de calle para ir a comprar la comida. Me siento relajado, estoy hablando con el equipo y me encuentro en una buena posición, ofreciendo un rendimiento muy bueno en un equipo que está haciendo un gran trabajo. No hay prisa".