Vettel asegura que, lejos de deprimirse, ha sacado una conclusión clara: va a seguir dando guerra: “Sabemos que tenemos un gran coche, que somos muy competitivos, en los entrenamientos y en la carrera. Hasta dieciséis vueltas antes de la bandera de cuadros, la carrera era completamente nuestra, así que tenemos que evitar problemas; entonces, estaremos en muy buena forma. Esto refuerza la confianza en uno mismo para las próximas carreras”.

Fernando Alonso intentó atacar, pero se dio cuenta en seguida de que destrozaría sus neumáticos intentándolo"

Fernando Alonso, Felipe Massa y Lewis Hamilton le echaron de un podio que Vettel ya casi olía. Pero Sebastian tuvo que desistir y conservar una mecánica que poco a poco desfallecía. “No tenía ni idea de qué pasaba dentro del coche. Simplemente me di cuenta de que había una gran pérdida de velocidad”. El resultado fue una especie de acordeón que acortaba y aumentaba las diferencias con Fernando Alonso. “En algunos momentos la potencia regresaba, pero en las rectas había una diferencia fundamental en el coche tras la vuelta treinta y tres. Hasta que ocurrió, era nuestra carrera”.

Fue difícil defenderme. En las rectas era imposible"

Era su carrera por ritmo y por neumáticos, asegura Vettel: “Conservábamos mejor los neumáticos que nadie más. Fernando Alonso intentó atacar, pero se dio cuenta en seguida de que destrozaría sus neumáticos intentándolo, así que podría haber sido nuestro día.” Desde entonces, su carrera fue un auténtico infierno, tratando de defenderse en una pecera llena de pirañas: “Fue difícil defenderme. En las rectas era imposible, sólo en las curvas podía pensar en defender mi posición. Pero no era suficiente para acercarme al podio. Había momentos en los que recuperaba algo de potencia, pero no la suficiente para hacer grandes diferencias. Entonces tenía que defender, en vez de atacar”.

Ha sido un fallo del coche y ya está"

La decepción es comprensible, pero Vettel no quiere hacerse la víctima, y ya piensa en las próximas carreras: “Tengo un poco la sensación como si fuera la temporada pasada: coche rápido, pero todavía sin estar al frente. Hasta la vuelta treinta y tres parecía que podíamos llevárnoslo a casa. Pero no quiero poner mucha filosofía en esto. Ha sido un fallo del coche y ya está”.