Max Verstappen terminó en Silverstone con una racha de tres abandonos consecutivos. El piloto holandés cruzó la bandera a cuadros en cuarto lugar en la anterior cita del calendario y, ahora, Hungría es el siguiente reto al que Red Bull deberá enfrentarse.

A priori, Hungaroring es un circuito que se debería adaptar bien a las cualidades del RB13, pues sus pocas rectas y las curvas de carga aerodinámica son algunas de las características de sus 4,381 km, según comenta Max.

"Es un gran circuito, especialmente en un coche de F1. Es siempre un poco pronto para decir cómo lo haremos en Hungría. Estamos mejorando constantemente, intentando conseguir el mejor equilibrio y más carga aerodinámica del coche. Por suerte, no hay demasiadas rectas. Diría que es un Mónaco sin barreras, pero es más estrecho que otros circuitos a los que vamos", indica.

"Con mayor grip quizás hagamos trazadas diferentes al año pasado"

Además, el piloto de Red Bull asegura que con la mayor adherencia de los coches de este año, puede que resulte más sencillo trazar las curvas del circuito.

"Este año tenemos más grip por lo que quizás hagamos trazadas diferentes a las del año pasado. Pero en general es manejable y bastante sencillo", concluye.