Dos figuras de la Fórmula 1 han defendido el hecho de que reine el silencio sobre el tema de Jules Bianchi en el paddock. El pasado fin de semana se cumplieron dos años del accidente que el piloto francés sufrió en Suzuka y tras el que, después de nueve meses en coma, falleció.

En el circuito japonés se pudieron ver algunos carteles en recuerdo de Bianchi y algunos pilotos rindieron homenaje a su compañero en redes sociales, pero no fue uno de los grandes temas de conversación del fin de semana. A pesar de este ‘silencio’, la familia Bianchi ha emprendido acciones legales contra las autoridades de la Fórmula 1 para saber la verdad sobre lo que ocurrió en el accidente del galo.

El director de competición de Toro Rosso, John Booth, que en 2014 era el jefe de Marussia, no ha querido realizar casi declaraciones. “Es un capítulo de mi vida que ya he terminado”, ha comentado para el diario holandés De Telegraaf.

Max Verstappen, que a finales de 2014 comenzaba a prepararse para debutar en F1, tampoco quiso comentar nada al respecto. “Si sigues hablando sobre ello, nunca cierras el capítulo. Personalmente, intento pensar en ello lo menos posible”, ha añadido.