La propuesta de la normativa de motores de 2021 no ha sido del agrado de Ferrari. La Scuderia mostró un gran descontento con esta reglamentación y amenazó con irse de la Fórmula 1 si no se llega a una situación que encaje mejor con la filosofía de la estructura italiana. Sergio Marchionne volvió a poner sobre la mesa esta posibilidad durante la presentación de la asociación entre Alfa Romeo y Sauber, evento al que también acudieron Chase Carey y Jean Todt.

“El diálogo ha comenzado y seguirá evolucionando. Tenemos tiempo suficiente hasta 2021 para encontrar una solución que beneficie a Ferrari. La amenaza de Ferrari dejando la Fórmula 1 va en serio. El acuerdo con Sauber expira en 2020-2021, justo cuando Ferrari podría irse. Tenemos que encontrar una solución que sea buena para el deporte, pero hay aspectos en los que no podemos ceder”, declaró el presidente de Ferrari.

Marchionne también alertó a Liberty sobre los cambios que tienen en mente para expandirse en el mercado de Estados Unidos, pues considera que pueden hacer peligrar la esencia de la Fórmula 1. “Hay una oportunidad para hacer las cosas bien y que este deporte vuelva a ser relevante en los Estados Unidos. Si lo hacemos, beneficiará tremendamente a la categoría, pero pongo una gran condición a esto”, afirmó.

"Deberíamos tener cuidado para no eliminar el ADN de este deporte"

“Por mucho que me guste el país, donde he pasado la mitad de mi vida, el verdadero problema es que hay una tradición y una historia que no puede renegarse por esta expansión. Creo que deberíamos tener cuidado para que este deseo de ser más atractivos para el público estadounidense no termine eliminando el ADN de un deporte que creció como una competición de dignos caballeros. Necesitamos modernizarlo de una forma que los estadounidenses encuentren relevante. Eso es lo complicado”, apuntó Marchionne.

Las presentaciones de los pilotos en Austin es el elemento más estadounidense que se ha introducido este año. Marchionne considera que hay que encontrar un punto medio para satisfacer a la mayor cantidad de público posible. “Seré honesto. Lo que se hizo en Austin no es lo que creo que debería ser un evento de Fórmula 1. Pero creo que forma parte de un ejercicio de ensayo y error. Pienso que no funcionó demasiado bien. Creo que muchos europeos estuvieron un poco desconcertados. Hay que encontrar un término medio que atraiga el interés a los dos lados del charco”, explicó.