Carlos Sainz llega a la segunda mitad de la temporada de Fórmula 1 con su futuro resuelto tras su fichaje por McLaren. El piloto madrileño espera recuperar las sensaciones positivas de la primera parte del año para asegurar el cuarto puesto de Renault en la clasificación de constructores en la igualada lucha de la zona media, donde Haas y Force India son los principales rivales a batir para ser el mejor equipo de la segunda división de la parrilla.

Si bien la actividad del mercado de fichajes marcó las vacaciones de los equipos, Sainz pudo disfrutar del parón veraniego. Ha sido un verano intenso debido a los movimientos del mercado de pilotos. Sin embargo, he pasado el parón veraniego con mi familia y mis amigos y pude descansar para recuperar energía antes de la segunda mitad de la temporada. El entrenamiento y la nutrición estuvieron presentes, pero tomé un par de helados”, comentó.

La primera parada del ‘gran circo’ tras las vacaciones de verano es el Gran Premio de Bélgica, en uno de los circuitos favoritos de muchos pilotos. “Spa es un trazado muy divertido y tiene de todo: curvas rápidas, rectas largas, oportunidades de adelantamiento, cambios de elevación y condiciones climatológicas aleatorias. Me gusta correr en Spa, es uno de los Grandes Premios más especiales y uno que esperan todos los pilotos”, explicó Sainz.

“Disfruto del segundo sector, que es bastante revirado y muy fluido. Es complicado encontrar el equilibrio perfecto entre las curvas fluidas, que requieren alta carga aerodinámica, a la vez que hay que tener cuidado para no reducir la velocidad punta. Se necesita en la recta de Kemmel y antes de la chicane de la bus stop”, añadió el madrileño.

“Por supuesto, Eau Rouge es la curva más famosa de Spa, pero me gusta mucho Pouhon, la larga curva de izquierdas en el segundo sector. Es una curva complicada de hacer bien ya que bajas la pendiente y rezas por tener agarre para tomar la curva a más de 260 kilómetros por hora en séptima marcha”, manifestó Sainz.