Puede que los tiempos de la pretemporada no indiquen realmente la situación de cada equipo, como dice Fernando Alonso. Pero descolgarse demasiado de los mejores tiempos de cabeza puede hacérsela perder a más de un jefe de equipo. Es lo que ahora reconoce Ross Brawn, jefe de equipo de Mercedes Grand Prix. Nico Rosberg y Michael Schumacher no parecían poder alcanzar a los más rápidos este invierno. Pero, finalmente, lo han logrado: "Es difícil decir si lo que hemos hecho es suficiente o no", asegura Brawn al periódico Frankfurter Allgemeine.

El equipo había puesto todas sus cartas sobre la mesa: el nuevo monoplaza completamente actualizado rodaba en Barcelona. Si no lograban un buen tiempo, no habrían sabido qué más hacer. Nico comenzó a aliviar a sus jefes marcando buenos tiempos, y llevándose el mejor del quinto día. Cuando Michael Schumacher repitió la hazaña la última jornada, todo parecía confirmarse. Era un buen colofón que compensa los malos ratos pasados: "Es difícil mantener la calma", asegura Brawn al periódico español El País, recordando los primeros días de la pretemporada. "Le recordaba constantemente al equipo que siguiera el plan. Es situaciones así es tentador malgastar recursos".

¿Y qué se siente al volver a lo más alto después de tantos años en Fórmula 1? Sólo Michael Schumacher puede contestar: "Todo lo que puedo decir es que finalmente hemos encontrado el equilibrio correcto y el conjunto aerodinámico que funciona. Si vamos a estar al frente en Australia… No lo sé".

De acuerdo: estamos hablando de entrenamientos invernales, pero el paso evolutivo marcado por Mercedes GP durante toda la pretemporada es digna de mención. El baile de pilotos en los distintos días de pruebas ha dado más de una sorpresa, como el debut de Sergio Pérez, impresionando con sus vueltas estratosféricas. No es de extrañar que más de un veterano no sepa cómo leer las tablas de tiempos: "Nunca había visto una pretemporada tan difícil de interpretar", asegura Rubens Barrichello.