Si Max Verstappen fue la cara de Red Bull en la clasificación del Gran Premio de Singapur, a Daniel Ricciardo le tocó ser la cruz. El piloto australiano fue el más rápido de la Q1 y volvió a mostrarse competitivo en la Q2, pero falló en la última ronda clasificatoria. Ricciardo tuvo que conformarse con la sexta posición de la parrilla, mientras que su compañero de equipo consiguió meterse en la segunda fila.

El ‘aussie’ no encuentra explicación a su bajón de rendimiento en la Q3, que le dejó relegado a la cola del grupo cabecero en la parrilla. “Para ser honesto, tuve un pequeño problema de motor, pero esa no fue la razón por la que perdimos tanto ritmo en clasificación. Ahora mismo, no tengo una respuesta”, declaró Ricciardo al terminar la sesión.

“Hicimos cambios tras el tercer libre esta mañana. Como pilotos, sabemos inmediatamente si un cambio funciona y en la Q1 parecía hacerlo. Pensé que íbamos a estar en la lucha. Parecía que todo el mundo mejoraba con el paso de las sesiones. Todo el mundo encontraba un segundo y nosotros nos quedamos atascados. No sé por qué fuimos los únicos que no pudimos encontrar tiempo”, añadió.

Ricciardo se encomienda a la estrategia para ganar posiciones en un circuito donde es complicado adelantar, teniendo en cuenta la gran diferencia entre los compuestos hiperblandos y ultrablandos. “Ahora mismo, me está costando dejar atrás la clasificación. Es demasiado pronto. Incluso con un buen ritmo, es difícil adelantar. Intentaremos hacer algo. Esperamos que se desgasten los neumáticos de los coches que hay delante y tengan que hacer dos paradas, admitió el australiano.