Los favoritos

Sin repostajes, con neumáticos lisos; sin Brawn GP, con Mercedes GP; sin Flavio Briatore, con Richard Branson; sin Nick Heidfeld, con Michael Schumacher… Los dos primeros meses y medio del año, antes de la primera carrera de Bahréin, fueron un cúmulo de conjeturas, teorías y demás predicciones para tratar de descifrar una de las temporadas más inciertas de los últimos años, con cuatro campeones mundiales sobre el asfalto. Pero ¿quién iba a pensar que ninguno de ellos sería finalmente el campeón? Apostar por Sebastian Vettel o Mark Webber parecía una maniobra muy arriesgada entonces y, aunque Vettel empezaba a despuntar como favorito, casi nadie confiaba en que RBR pudiera realmente batir a pesos pesados como Fernando Alonso con Ferrari, Michael Schumacher con Mercedes o Jenson Button y Lewis Hamilton con McLaren. Red Bull empezó a volar la pasada temporada, pero pocos creían que ese vuelo ya estaba afianzado. Heikki Kovalainen, piloto de la debutante Lotus Racing, hizo su pronóstico en enero: "El mundial estará entre Alonso y Hamilton". No acertó. Y eso que las esperanzas aumentaban en Maranello después de que Alonso declarara que el F10 era el mejor monoplaza que había pilotado, a pesar de ser dos segundos más lento que McLaren en los entrenamientos de Jerez de la Frontera. Fue por entonces cuando Mark Webber empezaba a advertir de que lo que Adrian Newey había preparado iba a dejar a todo el mundo con la boca abierta, y ensalzaba el diseño del ingeniero estrella de RBR; igual que Christian Horner: "Adrian ha diseñado un coche nuevo y muy bueno. Estamos entre los ganadores". Pero ¿quién les creyó?

Los debutantes

Las nuevas escuderías debutantes fueron también en su día una preocupación. Preocupación porque su lentitud iba a traer problemas en las sesiones clasificatorias, especialmente en circuitos como Valencia o Mónaco. Por otro lado, su presencia en la parrilla siempre estuvo pendiente de un hilo. La otra llamada Campos Meta (finalmente Hispania Racing Team) tuvo el honor de ser la primera escudería española en Fórmula 1. Aunque no estuvo exenta de problemas financieros antes de iniciarse la temporada. Finalmente, los apoyos económicos llegaron a última y completaron la temporada entera con dignos aunque recatados resultados, acordes con su presupuesto. No como USF1, equipo norteamericano que prometió lo máximo y se quedó en un fantasma del que casi nadie se acuerda; o Stefan GP, proyecto que se quedó a las puertas justo después de que se cerraran. Mike Gascoyne, director técnico de Lotus, pretendía que su escudería fuera la mejor de las debutantes esta temporada.

Y lo logró: aunque ninguna escudería debutante ha logrado un solo punto, los puestos finales de sus pilotos alzaron a Lotus al décimo lugar en el mundial de constructores, por encima de Hispania Racing Team y Virgin Racing, la escudería del excéntrico Richard Branson. Branson, multimillonario cuya afición es meterse en complicados mundos empresariales y aventuras deportivas tecnológicamente avanzadas, concluyó en 2009 su asociación con los campeones mundiales Brawn GP para iniciar su propia andadura desde cero. El resultado sólo puede calificarse como estrepitosa caída: de ganar ambos mundiales el año pasado a tocar el fondo de la clasificación en 2010. Él asegura no preocuparse, pues dice que es más divertido apostar por gente desconocida que por equipos de renombre: prefiere. Ya lo hizo en 1973 cuando creó una discográfica independiente que editaba obras musicales sólo a músicos desconocidos. De vender discos por correo pasó a descubrir a Mike Oldfield y su 'Tubular Bells', por lo que pocos años después su marca 'Virgin' dejó de ser desconocida a una de las más exitosas del mundo. Haciendo una comparación, Richard ahora mismo está vendiendo discos por correo en la Fórmula 1, esperando encontrar a su Mike Oldfield sobre ruedas. Eso sí, la 'broma' de momento le costará vestirse de azafata al perder la apuesta sobre qué escudería debutante sería la peor esta temporada. Pero estamos bien seguros de que a Branson no le importará mucho: ya se vistió voluntariamente de novia para presentar su línea de trajes de boda. En otras ocasiones le hemos visto correr desnudo por la playa o salir en un episodio de 'Los vigilantes de la playa'; y es que para el bueno de Branson cualquier oportunidad es buena para hacer el ridículo, llamar la atención y, con eso, ganar algo más de publicidad en los medios.

Vettel, enero de 2010: "Quiero ser campeón mundial"

Quien sí se imaginaba que podrían estar al frente de ambas clasificaciones mundiales era Christian Horner, patrón de Red Bull. En enero presentía un año de cambios, tanto técnicos como reglamentarios y deportivos, donde su escudería podría abrirse un hueco de verdad: "Volveremos más fuerte para estar al frente", aseguró en enero. "No es bueno que Ferrari y McLaren ganen siempre. Estamos a punto de vivir una nueva era, y espero que Red Bull sea la pieza clave". ¡Y vaya si lo fue! Quienes han ganado con pleno derecho el título de futurólogos del año fueron Bernard Ecclestone y el propio Sebastian Vettel: en enero, ambos predijeron que el joven piloto de Red Bull sería campeón mundial.

Ecclestone lo dejó caer en una entrevista, asegurando que Vettel tenía todas las cualidades para ser el nuevo campeón (además de su beneplácito), mientras que el propio piloto de RBR declaró: "Quisiera ser el número uno, ser campeón del mundo cuanto antes". Con un mundial con seis alemanes sobre la pista, a Vettel no le importaban las nacionalidades: "No quiero ser el mejor alemán, sino el mejor de todos. Sigo queriendo ser campeón del mundo. Estoy orgulloso de la presión que estoy recibiendo, porque es debido a nuestros éxitos en 2009". El chico lo veía claro, y acertó.

Schumacher, la gran decepción

Quien no acertó en absoluto fue Michael Schumacher, el pseudo retirado que regresó para pilotar con Mercedes GP, escudería nacida de las cenizas de los campeones mundiales, Brawn GP. La reaparición en las pistas causó un gran revuelo, no sólo en Alemania, sino en Italia, donde se le consideró poco menos que un traidor al correr con Mercedes, archienemigo de Ferrari cuando Schumacher competía vestido de rojo. Pero Michael no tenía porqué justificarse ante nadie, y con la cabeza bien alta se presentó en Bahréin dispuesto a pasárselo bien. Muchos vieron en él a un auténtico tiburón dispuesto a zamparse a todos los jovencitos de la generación 'PlayStation'. El alemán de 40 años entonces prometía luchar por ambos mundiales: "Tenemos un claro objetivo: ganar los campeonatos. Por eso vamos a luchar desde el principio".

Quien más y quien menos compadecía a Nico Rosberg por fichar por una escudería donde Michael Schumacher, el piloto con más mundiales de la historia, iba a hacer su reaparición, y encima de la mano de su buen amigo Ross Brawn. Incluso Christian Horner, patrón de Red Bull y cuestionado por beneficiar a Vettel sobre Webber, desconfiaba de la igualdad en Mercedes GP: "Schumacher seguirá siendo el primer piloto", aseguraba en enero, incrédulo porque en el equipo de Ross Brawn primara la igualdad total: "La última persona que Nico querría tener como compañero es Schumacher", declaró. Pero según se desarrolló la temporada, la tortilla dio la vuelta y fue Michael quien tuvo que defenderse de Nico sobre la pista… y rara vez lo consiguió. Rosberg y Schumacher fueron de los primeros que iniciaron una peculiar tendencia esta temporada: pelearse con el compañero de equipo. Aunque en Red Bull Racing la enemistad entre sus pilotos ha sido más palpable y mediática, en otras escuderías tampoco se quedaron cortos. Mercedes GP prometió igualdad a sus pilotos, pero Nico se sintió menospreciado en muchas ocasiones al sentir que el monoplaza gris se estaba desarrollando para su compañero de equipo en detrimento suyo. Pero esa es otra historia y será contada en su momento…

Ferrari y Alonso, un inicio esperanzador

Pero sin duda una de las noticias de enero fue la llegada efectiva del bicampeón mundial Fernando Alonso a Ferrari. Maranello le acogió con mucho orgulloso e ilusión. Al poco tiempo, el mono rojo se adaptó perfectamente al cuerpo del español, que se integró en la Scuderia como un veterano trabajador más. Tras Räikkönen, en Maranello volvió la ilusión y la esperanza: "Su llegada es un nuevo impulso para nuestra gente", aseguraba Sfetano Domenicali sobre el hombre que albergaba todas las esperanzas del Cavallino rampante para 2010. La implicación de Fernando en el proceso creador del F10 fue, desde el inicio, muy intensa: "Fernando llama todos los días para saber cómo va", aseguraba entonces Stefano. "Un campeón tiene que tener un coche competitivo para demostrar sus cualidades".

Quizá, finalmente, el F10 no fuera ni de lejos el mejor del año, pero gracias a las continuas mejoras y los nuevos componentes montados a lo largo de toda la temporada, todo el equipo logró asustar al resto de la parrilla cuando llegaron a Abu Dabi líderes del mundial de pilotos. Parecía un año perfecto que se teñiría de rojo. Las risas, los abrazos y el champán corrían por el box de Ferrari. ¿Quién iba a pensar que esta temporada, en realidad, iba a estar llena de momentos críticos y las lágrimas, finalmente, sustituirían al champán?