El motor de Sebastian Vettel fue el primero en fallar y el de Romain Grosjean siguió sus pasos unas pocas vueltas después: dos propulsores Renault han fallado en el Gran Premio de Europa. ¿Casualidad? Quién sabe, pero la marca del rombo ha decidido cortar por lo sano, hecho por el que las dos unidades afectadas serán trasladadas de nuevo a la fábrica de la empresa en Viry.

Rob White ha reconocido que en estos momentos es imposible saber qué es lo que ha fallado en ambos propulsores, si bien es cierto que el equipo ha confirmado a través de las redes sociales que las anomalías podrían estar relacionadas con los alternadores de éstos. "Necesitamos traer los motores de vuelta a la fábrica, y por supuesto también sus alternadores", asegura en declaraciones a Autosport. "No sabemos si el problema ha sido el mismo en ambos coches, pero es muy, muy sospechoso que esto pasara en dos coches en un momento similar de la carrera".

El hecho de que ambos pilotos tuvieran que abandonar escasos giros después de la marcha del Safety Car podría hacer pensar que este factor fue un condicionante clave que afectó a la fiabilidad del motor RS27 V8. White, sin embargo, lo desmiente rotundamente.

"Pensamos que no hay ninguna razón para creer que el Safety [Car] tuvo algo que ver", afirma. "Hemos visto las consecuencias de una parada del alternador, pero no sabemos qué es lo que ha causado esta parada".

Por consiguiente, en las próximas jornadas los ingenieros de la división de competición de Renault se encargarán de estudiar los modelos usados por Vettel y Grosjean para descubrir el origen de la anomalía, una anomalía que el equipo podría haber sufrido ya en el pasado. "No sabemos si ya hemos tenido antes este problema", reconoce. "Necesitamos volver a la fábrica y descubrirlo. En cuanto tengamos una respuesta os la diremos".

Balance GP de Europa F1 2012 - equipo Red Bull