Han pasado dos décadas desde el último Gran Premio Sudafricano y un total de doce años desde que los coches de F1 tronaron por última vez alrededor del circuito de Kyalami en Johannesburgo en una prueba de invierno de F1, así que no es de extrañar que la llegada del equipo Red Bull a Durban con su RB7 de 2011 causase tanta expectación.

Con enormes atascos para llegar al circuito urbano construido para el Top Gear Festival cerca del Moses Mabhida Stadium. La multitud reunida dentro del estadio animaba tan fuerte que casi ahogó el sonido del piloto del programa de la BBC, The Stig, mientras hacía donuts con el Red Bull ganador del título en 2011.

"Fue un evento increíble", dijo la estrella del programa Junio de Red Bull, Antonio Felix da Costa, quien fue el encargado de dar espectáculo con el RB7 a los presentes en el circuito urbano. "La multitud estaba loca y nos recibió de la mejor manera posible. Creo que montamos un muy buen espectáculo para los aficionados”.

"Todo el mundo estaba muy animando con nosotros", agregó. "Lo bueno de venir aquí es que debido a que no tienen una carrera de F1, al público sudafricano en general le encanta el ruido, así que cualquier cosa con un motor fuerte, salen a ello”.

La mayor parte del trabajo de Da Costa con el RB7 se realizó en el circuito urbano de 2,8 kilometros especialmente construido alrededor del estadio y luego admitió que la pista había sido todo un reto, aunque gratificante.

"Fue una recepción fantástica", dijo Da Costa. "Un coche de F1 es tan difícil de ver en estos días que si tenemos la oportunidad de llevar un coche de F1 a los países que no tienen una carrera de F1 se vuelven locos, y eso es lo que pasó"

"La pista estaba muy fría, muy rápida y estrecha y eso requiere un poco de atención, que no consigues normalmente en roadshows", sonrió. "Tuvimos que bajar nuestras cabezas un poco y asegurarnos de no cometer errores, pero al mismo tiempo asegurarnos de que todo el mundo lo disfrutaba. El equipo hizo un gran trabajo”.

El luso también tuvo la oportunidad de dar a los aficionados sin entradas para el evento una muestra de la acción de un F1. Llevaron el RB7 a una serie de visitas a los centros comerciales y locales nocturnos, encendiendo el coche sin previo aviso, para el deleite de los lugareños desprevenidos.

"El viernes por la noche nos fuimos a algunos clubes y encendimos el monoplaza y la gente se volvió loca", afirmó. "Hubo un gran ambiente alrededor de la ciudad. Al más puro estilo de Red Bull simplemente sacudimos, no anunciamos nada, llevamos el coche y lo pusimos en marcha. Fue muy, muy interesante".

Por su parte, los presentadores de Top Gear alentaron a la multitud entusiasta del estadio a tratar de ahogar el increíble rugido del motor Renault RS27 V8 que montaba el RB7 que pilotaba The Stig y los aficionados estuvieron a punto de ganar.

Después del evento, dijeron que habían esperado 10 años para conseguir poner un coche de Fórmula 1 en las manos de The Stig en un evento de este tipo y que la aparición del RB7 fue un verdadero punto culminante de fin de semana.