Red Bull parece haber entrado en un círculo virtuoso donde todo le sale bien, recuperando una competitividad y fiabilidad que le estaba siendo esquiva. Si bien, no hay ninguna prueba en la que hayan faltado a los puntos, clasificando como mínimo en quinta posición, no ha sido hasta estas dos últimas pruebas cuando han logrado meter los dos coches en el podio.

Estos resultados, unidos a la mala racha de Ferrari ha provocado que el mundial de constructores se apriete por el subcampeonato, todo ello a pesar de los siete abandonos de Max Verstappen y los tres de Daniel Ricciardo. Ahora, la distancia entre ambos equipos es de 92 puntos, cuando carreras atrás parecía totalmente insalvable.

Sin embargo, Helmut Marko quiere poner los pies en el suelo, avisando de que los Red Bull, con ambos coches, deberán montar una unidad de potencia extra que les hará penalizar, dando por hecho de que al menos en una carrera tendrán que salir en el fondo del pelotón.

Marko también ha querido explicar que el cambio no será en la misma carrera, para que al menos uno de los vehículos esté en cabeza de carrera y tengan opciones de luchar por todo, lo que quizás hace que las citas de Austin y el Autódromo Hermanos Rodríguez sean las citas ideales, no siendo descartable esperar a Interlagos, donde un clima variable pueda minimizar las desventajas de salir desde la parte trasera de la parrilla.